Lo que muchos vislumbraban como una prueba en su ascendente carrera, Dread Mar I se encargó de transformarlo en un goce de música para todos los presentes. Sucede que después de un verano que se movió al ritmo de ?Tú sin mí?, Mariano Castro quedó en boca de todos, y la semana pasada decidió despacharse con dos Luna Park seguidos.
La gente, que se acercó en gran número en ambas fechas, abarcaba tanto al rasta que sigue al cantante desde su paso por su ex banda (Mensajeros Reggae), como a niños, adolescentes y adultos a los que el humo de un porro aterraba y sacaba varias tosidas.
El concierto en sí dio para todo. Con más de 30 temas, el cantante incluyó material de sus cuatro discos ?aunque haciendo hincapié en los dos últimos? y también temas de Tranquilo, el reciente trabajo que grabó junto al jamaiquino Luciano (una leyenda del reggae), el cual incluye cinco temas inéditos y cuatro reversiones de canciones de otras placas, que se conseguía con la entrada al show.
Mariano Castro cambió su vestuario en tres oportunidades, en breves intervalos a lo largo del show, que lo mostró al principio de camisa y pantalón camuflado; luego eligió colores más oscuros y siempre colgó de su cuello un crucifijo. Hacia el final, con las luces sobre su rostro, su largos dreadlocks libres colgando de su cabeza y cantando ?Señor, tú nos salvaste de la opresión/ y nos enseñaste a ver lo bueno de vivir/ dueño de la verdad y del amor/ guíanos…? (?Guide Light?), Castro se asemejaba a un cura de iglesia rastafari, y sus fieles seguidores desde abajo lo acompañaban en una única voz.
Utilizando todo el escenario y sobre todo una plataforma que se metía entre el público, el cantante interpretó a la perfección la larga lista, ambientando los climas con juegos de luces y proyecciones sobre pantallas led. Pero en ese juego de interpretación la otra pata fundamental son los Guerreros del Amor, su banda estable que toma fuerza desde los teclados y los vientos, pero que no agota los recursos en éstos, ya que el bajo, guitarras y batería tienen una importancia y solidez sobre la que descansa el resto de los instrumentos.
Al abrir cada uno de los segmentos del show, sobre pantallas apareció el jamaiquino Luciano hablando sobre el reggae y Dread Mar I y rescatando la filosofía del género, algo desconocida u olvidada por muchos y que le otorga coherencia a las letras de Castro.
Si bien el público demostró saber y conocer todos los temas, algo que sucede en los shows de la banda, los que más arrancaron la voz del público fueron ?Guide Light? y ?No convencerán? (ambos en su nueva versión), ?Promesas?, ?Hablan?, ?Sálvame?, ?Creo lo que creo?, ?Tú sin mí? e ?Inspiración?, que cerró el largo tracklist.
Sin dudas que la gente se retiró con la satisfacción de ver a su artista favorito que sigue a todos lados, su nuevo cantante preferido, el rasta que canta el tema que pasan en la radio o el músico que le gusta a tu pareja. En todos los casos, las expectativas se vieron colmadas, ya que Dread Mar I brindó lo mejor de sí: su música.
