Aunque el cartel indica otra cosa, los miembros de Les Mentettes rebautizaron como ?El bar del gallego? a aquel que se encuentra en Córdoba y Fitz Roy, del cual son habitués y eligieron para hacer la nota con Noticias Urbanas.
Adrián Rivoira (voz, bajo y guitarras) comienza comentando la génesis de la ?banda multibanda?. Esta denominación es por los dos formatos que tiene, uno clásico y otro orquesta con sección de cuerdas y 25 integrantes. ?El formato fijo de hoy se establece hace tres o cuatro años, pero venimos tocando hace mucho más, somos amigos de la primaria y la música es nuestra forma de comunicarnos.?
?La orquesta surge por Manu, el director, que nos propuso hacer un concierto especial con arreglos de cuerdas y vientos. Ahí nos cebamos y se terminó armando la orquesta de 25 músicos, que es un flash. Todavía no lo puedo creer, es lo mejor que me pasó, era el sueño de cómo queríamos que se diera este proyecto. Éramos niños jugando e imaginábamos eso, pero era impensado?, continúa.
?¿Componen pensando en la presencia de la banda?
?Ahora pensamos un poco más en que tenemos una orquesta, pero antes era una fantasía y tratábamos de reducir todo al formato de banda de rock normal. Las canciones que ahora son de la orquesta nacieron de manera simple, con guitarra y voz, no pensábamos a nivel grande.
?¿Por qué eligen el inglés como idioma primario?
?Es la forma natural en que salen las canciones, surgieron melodías en inglés y, para no dejar eso de lado en una traducción, le dimos para adelante. No nos prohibimos nada en ese sentido. Pensamos en la barrera que establece. Pero hay una acentuación en la música de la voz y no en el texto. El inglés permite ser musical y no condicionarte con lo que se dice.
?Si bien la voz se utiliza como instrumento, ¿buscan algún mensaje con las letras?
?Las letras siempre tienen un trabajo, que tienen que ver con contar algo que me pasó, cosas normales, de la vida cotidiana, relacionadas con el amor, una visión del mundo. Me digo cosas a mí, son canciones de amor y queja, pero siempre con una visión más optimista que pesimista del mundo.
?¿Se agravó la situación de los lugares para tocar tras Cromañón primero y Beara después?
?Hubo problemas con lugares chicos que los cierran. Es un bajón que haya menos lugares. Lo que cambian son las reglas, pero no deja de existir una escena. Si un día cerraran todos los lugares para tocar, las bandas tocarían en la vereda. Es un bajón que los clausuren, salvo que sea justamente, pero al final siempre se da un recambio.
La charla hace una pausa y llega, retrasado y con disculpas, Pablo Font, tecladista y diseñador. Inmediatamente se suma a la charla, recordando escenarios alternativos en los que la banda dijo presente: ?Este año pudimos tocar con la orquesta en La Manzana de las Luces. Un escenario muy chico, entrábamos muy apretados, pero en esos lugares la propuesta funciona mejor, un escenario pelado donde se luce la música?.
?Si llevan su propuesta a un gran escenario de festival, ¿se pierde la esencia?
A. R.: ?Es raro, tocamos con la orquesta en Ciudad Emergente, al aire libre, con viento, estructura de festival, y las condiciones no eran las mejores. Pero tocamos igual ?pasan unos segundos y agrega entre risas? aunque esa vez, por la plata.
P. F.: ?Nunca habíamos tocado con la orquesta al aire libre, y ya el desafío es estimulante y da ganas.
?¿Cómo es la relación de Les Mentettes con internet como vía de difusión?
A. R.: ?Estoy a favor de las descargas de internet y tenemos simples para descargar desde la página. La música tiene que dar vueltas y viajar, e internet es la mejor vía para eso. Otra cuestión es que, si tengo que comprar todos los discos que escucho, vendo mi casa y me paso todo el día laburando. Está bueno que el disco exista como obra, tiene una entidad y peso distinto, pero que el disco dé vueltas permite llegar a más lugares.
P. F.: ?El disco se convirtió en un objeto de lujo. No bajan de 25 o 30 pesos. Entonces hay que darle un valor extra para que no sea sólo la música. El arte del disco y hasta las fotos de prensa tienen que acompañar el espíritu de la música y dar ganas de tener el objeto entero.
?¿Como banda tienen una estética definida?
A. R.: ?Nuestra estética tiene que ver con la música. En un concierto, lo estético tiene que estar en el sonido, que la gente nos escuche, cierre los ojos y que la música sea todo. No tenemos una parafernalia de la imagen, lo tratamos de evitar, sacamos las máquinas de humo, desconectamos las pantallas.
P. F.: ?Queremos que la música sea lo que cuente, en una pantalla nos divierte más ver el concierto en blanco y negro que dibujitos. La decisión es consciente, tratando que todo pase por la música.
?¿Pueden definir el público que sigue a la banda?
P. F.: ?Hay desde un nenito en los hombros del papá hasta un borracho que grita cosas inentendibles. Por suerte se abrió mucho.
A. R.: ?Queremos llegarle a la gente que disfruta de lo que hacemos. Nosotros disfrutamos de hacerlo, y si alguien disfruta de eso, mejor.
?¿Cuanta más gente siga a la banda, mejor?
P. F.: ?Hace un par de meses tocamos en una fiesta y estaba lleno, al otro día tocamos para 15 personas y estuvo aún mejor, más divertido.
?¿Importa el dinero que da la banda?
A. R.: ?Tratamos que el grupo sea un proyecto que se autoabastezca, que no tengamos que salir a laburar para bancarlo, que de hecho lo hicimos mucho tiempo. Generar lo suficiente para seguir sin perder plata, pero ninguno piensa vivir de esto.
P. F.: ?Si se da que la banda da plata, dejamos de trabajar, pero no hay presión para que eso pase. No le ponemos a la música esa presión.