El peronismo de la capital empezó nuevamente su movimiento a partir de la definición de la elección nacional y aprovechando la postergación de los comicios locales. Existen en la ciudad distintos sectores y alineamientos, entre los que se pueden contar a los que ganaron la interna del justicialismo y lo normalizaron, cuyo presidente es Miguel Ángel Toma, los que acompañan a Rafael Bielsa en GESTA, muchos que quedaron apartados producto de su intensa participación en la campaña nacional, los que acompañan a Gustavo Béliz, otros que permanecen "sueltos" y hasta algunos que ya han rumbeado hacia alguna de las dos principales alternativas electorales que hoy tiene la ciudad, Aníbal Ibarra y Mauricio Macri.
El justicialismo en la Legislatura porteña logró hacer de la diversidad una virtud. En una mezcla de ejercicio de madurez política, soberanía distrital y conveniencias y objetivos comunes, logró hace casi dos años unificarse más allá de la diferencias de terminales nacionales u otros conflictos previos procedentes de una crisis partidaria que tuvo su punto de ebullición en la pésima elección del año 2000. Es desde este ámbito, desde donde algunos dirigentes se plantean una acción que, con similar filosofía, permita generar un espacio lo más amplio posible que mejore la perspectiva electoral que poseen ahora a partir de la fragmentación.
"Tenemos un nuevo presidente peronista, legítimamente elegido por el pueblo y es nuestra la responsabilidad construir en el distrito una alternativa de poder y crecimiento" expresó a NOTICIAS URBANAS el legislador Guilllermo Oliveri quién se mostró partidario de "un reagrupamiento lo más amplio posible".
Nadie olvida en la Capital que el vicepresidente electo, Daniel Scioli, iba primero en las encuestas para jefe de Gobierno, cuando aceptó dicha candidatura, y se espera que pasada la asunción, desempeñe un rol activo en las decisiones del conjunto. También el actual legislador -renunciaría la semana que viene- y jefe de campaña de Kirchner, Alberto Fernández tendrá mucho para decir si esta iniciativa -aún embrionaria- prospera.
Desde el peronismo oficial, la candidata a jefa de Gobierno, Alicia Pierini expresó que "todo aquéllo que permita generar mejores condiciones en la conquista de espacios de poder, para influir positivamente desde la gestión en la Ciudad y en su gente, contará con nuestro aval" dejando abierta la puerta para futuros acuerdos.
A pesar de las continuas desmentidas, Bielsa y su partido GESTA (invento del legislador Eduardo Valdés) ya no continuarían en la carrera por la Ciudad y esto desembocará en alguna sangría que se dividirá por mitades entre el futuro gobierno nacional y en el de Ibarra, si éste consiguiera la reelección. Algo parecido pasa con Béliz -quién además continúa la pelea por la banca de senador con el socialista Alfredo Bravo- y sus principales espadas como Jorge Srur y Lucila "Pimpi" Colombo, podrían acompañarlo en un raid nacional que aún no tiene ni destino ni definición.
Los peronistas sabedores que pueden aportarle a la Ciudad gobernabilidad y gestión, potenciada lo primero a partir del gobierno nacional hacia el que podrían emigrar mucho de sus dirigentes, empiezan a explorar el paso previo del reagrupamiento local para cimentar los acuerdos, reimpulsar la estrategia de poder distrital y recién después conversar más fortalecidos -casi con total certeza- con quién va en busca de su reelección.
