"La escafandra y la mariposa" es la tercera película de Julian Schnabel, director norteamericano que, pese a su breve filmografía, ya es un especialista en trasladar a la pantalla grande la vida de personalidades de distintas ramas del arte.
Ya lo hizo en su ópera prima "Basquiat", acerca de la vida del pintor Jean-Michel Basquiat, y también en "Antes que anochezca", su segundo largometraje, donde Javier Bardem encarnó al escritor cubano Reinaldo Arenas.
En su nuevo film, Schnabel se adentra en las dramáticas vivencias del francés Jean-Dominique Bauby, famoso editor de la revista Elle, quien luego de sufrir una parálisis corporal, comienza un largo período de rehabilitación, que el film se encarga de mostrar minuciosamente. La película comienza con una bella secuencia de títulos musicalizada con la clásica canción francesa "La mer de Charles Trenet". Luego, una cámara subjetiva nos ubica bruscamente en la visión del protagonista, que se ve invadido por médicos de diferentes especialidades que le explican a él -y por lo tanto al espectador- lo que ha sucedido. La elección de la cámara subjetiva como construcción del relato es una de las apuestas más arriesgadas vistas últimamente en el cine, ya que la identificación del espectador hacia Jean-Dominique Bauby no se produce de manera convencional. Pocas veces lo vemos a él. La mayor parte del tiempo vemos lo que él ve.
La parálisis que Jean-Dominique Bauby sufre, diagnosticada en el film como el extraño síndrome de Locked-in, le impide mover todo su cuerpo, pero no anula su memoria ni su imaginación. Es entonces cuando su imaginación abandona el hospital hacia momentos anteriores de su vida y a situaciones que sólo ocurren en la mente del protagonista.
El film adquiere en estos pasajes una riqueza visual que confirma el talento de Schnabel como artista visual por sobre su condición de narrador.
Pese a sus numerosas nominaciones al Oscar y sus premios en el Festival de Cannes, "La escafandra y la mariposa" es una película que hubiese ganado en intensidad si algunas situaciones no se repitieran hasta el cansancio. La más notoria es el método con el cual se comunica el protagonista con el resto de los humanos, que consiste en pestañear un ojo a medida que su interlocutor le dicta el abecedario. El abuso de este recurso resulta molesto y afecta notablemente la fluidez del relato.
"La escafandra y la mariposa" es una película que perturba profundamente por la historia que cuenta y al mismo tiempo aburre por la forma en que se cuenta.
Los otros estrenos de la semana:
"Caos", de Tony Giglio
"Election II", de Johnnie To
"La soledad", de Jaime Rosales
"Los expedientes secretos X: quiero creer", de Chris Carter
"Star Wars: The Clone Wars", de Dave Filoni
"Un novio para mi mujer", de Juan Taratuto