Por tratarse de una película "histórica", La otra Bolena tiene la rara y bienvenida virtud de ser un film muy entretenido. Un dato no menor teniendo en cuenta que aborda un conflicto cargado de densidad dramática. Pero su director, Justin Chadwick, cuenta el triángulo amoroso que se genera entre las hermanas Ana y María Bolena y el Rey Enrique XIII de Inglaterra, y las consecuencias negativas que estas relaciones provocan en su reinado, recurriendo al artificio de un melodrama desbordado.
Chadwick es un director que viene del ámbito de la televisión, antecedente que se evidencia en este, su primer film, en donde elige una puesta en escena demasiado convencional. Pero todo lo que el film se reprime visualmente, se desata por el lado de la historia. En ella aparecen la pasión, los celos, las traiciones, la ambición y demás conductas humanas que resultan tan atractivas para el espectador.
El otro factor importante del film es su trío protagónico. El rey Enrique VIII es interpretado por Eric Bana, un gran actor que por alguna extraña razón, no obtiene el reconocimiento de crítica y público que merecería. Su rey es mostrado aquí como un hombre tosco y carente de todo sentimiento, cuyo interés por su reinado es inexistente en comparación a la energía que le dedica a conquistar a las hermanitas en cuestión.
Ana y María Bolena están interpretadas por Natalie Portman y Scarlet Johansson, dos de las actrices más interesantes y deseadas del momento. En el duelo actoral entre ellas que ocupa el centro de la historia, se destaca la composición de Portman como una mujer en conflicto constante entre su mente y sus sentimientos.
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