En todo buen relato policial abundan los tonos grises, ningún personaje es totalmente bueno o malo, al igual que la mayoría de sus acciones. En el mundo real es igual. Existen variadas razones que provocan determinadas movidas. Y eso lleva a que ningún hecho pueda ser leído de una forma lineal. ?Los asesinos no suelen ser cartesianos? es una de las máximas que repiten los investigadores más avezados, para explicarles a los novatos que la racionalidad no siempre resuelve los enigmas.
Otro de los mandamientos fundamentales afirma que ante un hecho X es clave preguntarse quién se beneficia más, y esa respuesta los conducirá o acercará a la resolución del problema.
Las teorías descriptas con anterioridad sirven a la perfección para explicar el verdadero motivo que impulsó a las máximas autoridades políticas de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) a presentar el primer viernes de octubre una denuncia penal acusando a tres legisladores de Propuesta Republicana (PRO) que integran la comisión que investiga las responsabilidades políticas del caso de las escuchas clandestinas: el titular de la bancada Cristian Ritondo y los diputados Martín Borrelli y Martín Ocampo.
La SIDE los denunció por violar la Ley de Inteligencia y revelar secretos de Estado cuando hicieron referencia a la autorización que, en 2002, el por entonces jefe de Gobierno Aníbal Ibarra le brindó al espía Ciro James ?actualmente detenido en el penal de Marcos Paz? para instalar un locutorio en el Parque de la Ciudad.
La SIDE fundamentó su acusación señalando que en el predio del Parque de la Ciudad están instaladas dos antenas que le pertenecen (también hay dos de la Policía Federal y otra del Batallón de Inteligencia 601 del Ejército) y que la administración del Parque les dio autorización para ello en 1978. Según los letrados de los espías, los legisladores macristas violaron la Ley de Inteligencia al dar a conocer públicamente la existencia de estas antenas. Hasta ahí la explicación oficial.
Pero otro análisis de la movida lleva a una conclusión más espinosa de la presentación judicial. ?Cuando la SIDE sale a respaldar un hecho es porque alguno de sus hombres está involucrado en el caso, y ése es James. Por eso, la SIDE ya no puede hacerse la distraída y debe aclarar sus actividades en el tema de las escuchas ilegales, algo que en el ambiente de la Inteligencia vernácula es bien conocido?, le aseguró a Noticias Urbanas en la nota de su edición anterior ?La movida de la SIDE? un personaje del espionaje argento. Para dejarlo en claro: según esta lectura, la Secretaría de Inteligencia confirmó con el hecho que existe una relación entre el organismo y James.
Pero eso no es todo. Todavía hay más datos acerca de esa relación. El espía interrogado por este medio sonríe cínicamente ante la fundamentación de la SIDE para presentar la denuncia penal. ?El tema de las antenas es una cortina de humo que sirve para tapar el verdadero motivo que esconde la Inteligencia nacional en su relación con James y la causa de las escuchas ilegales. Lo que trata de ocultar es que el ex policía federal realizaba tareas de inteligencia interior (espiar a opositores políticos), algo que está prohibido por ley. Los espiados, en su mayoría, eran políticos anti-K y, en menor medida críticos al ibarrismo, ya que para esa época (el juicio político por Cromañón) el kirchnerismo bancaba a la administración de Ibarra, fundamentalmente a través de Alberto Fernández (por entonces jefe de Gabinete de la Nación). Ante esa situación sería de extrema gravedad que la sociedad se enterara de las tareas desarrolladas por James y, por consiguiente, salieron a cubrirlo con el tema de las antenas?, reveló ante NU el James Bond porteño.
Los datos confirman aún más la teoría de que James trabaja, por lo menos, de manera inorgánica para los servicios. Y más data refuerza esa hipótesis. NU accedió a información que, por estar relacionada a los servicios de inteligencia, el informante pidió como condición exclusiva ampararse en el off the record para revelarla. La data proporcionada por la fuente fue avalada por el testimonio de tres personas más, que cumplen tareas en el área de Inteligencia de la Federal, la Bonaerense y la Gendarmería. ?Desde mediados de la década del 90 James se desempeña laboralmente en la SIDE".
Entró al organismo gracias al marido de una prima que trabaja en la Secretaría. Este familiar político lo conectó con el jefe de la Dirección de Observaciones Judiciales (Dirección de Vigilancia Judicial, Departamento de Justicia), el área responsable de interceptar las comunicaciones telefónicas. Se le conoce como ?División 84? u ?Ojota? dentro de la SIDE. El edificio histórico donde funcionaba la ?Ojota? estaba ubicado en la Avenida de los Incas 3834.
Este dato revela que, desde siempre, James se dedicó a pinchar teléfonos y es considerado por sus pares un especialista en el tema. Esta tarea es la que realizó mayoritariamente en las empresas de seguridad que fundó y en las que fue empleado. "Además, en varias de ellas trabajó con compañeros de la SIDE?, señaló el informante entrevistado por este medio.
La historia laboral que en paralelo James llevó a cabo mientras estaba relacionado con la Secretaría de Inteligencia y la Federal corrobora el relato de la fuente, ya que el ahora detenido tiene un pasado ?independiente? que arranca en 1993 en la empresa Construred SA, luego en la Contaduría General del Ejército (1994), en la compañía de seguridad Protect (2005) y en la consultora de seguridad Lyon SRL (2005 a 2007), de la que uno de sus principales dueños es Ricardo Luis González Anun, funcionario desde 2007 de la Secretaría de Seguridad y Derechos Humanos del Ministerio de Justicia de la Nación, cuyo ingreso a la función pública se produjo cuando el jefe de Gabinete de la Nación, Aníbal Fernández, estaba a cargo de la cartera de Justicia.
NU adelantó en exclusiva, cuando nadie mencionaba la posibilidad de que James trabajara para la SIDE, en las notas ?La verdad y las operaciones de inteligencia?, del 29 de octubre de 2009, y en ?Sembrar vientos, recoger tempestades?, del 12 de noviembre de ese mismo año, la existencia de un lazo que unía al espía con el sector ultrakirchnerista de la Secretaría de Inteligencia, desde el cual habría operado para direccionar la causa caratulada ?James, Ciro Gerardo y otros s/escuchas ilegales y otros delitos?, que lleva adelante el juez federal Norberto Oyarbide.
?Con la experiencia y profesionalidad que tiene James en el tema de pinchaduras telefónicas es inexplicable que pidiera autorización a los jueces misioneros para intervenir líneas, sabiendo que de esa manera se mandaba en cana solo, porque lo que estaba haciendo era ilegal. La única explicación lógica de este hecho es que el ex federal buscara con esta acción que el espionaje telefónico se hiciera público y perjudicara al macrismo?, razonó ante este medio un especialista en seguridad que fue consultado para las notas antes mencionadas.
Con el paso del tiempo, los datos demostraron que la historia oficial sobre James tenía muchos puntos oscuros y recién ahora comienzan a salir a la luz las verdaderas actividades del espía. Y amenazan con ser explosivas.