El diputado porteño Atilio Alimena (Partido Demócrata) presentó una iniciativa para regular la venta en la vía pública de choripanes, hamburguesas, panchos, maíz inflado y copos de azúcar. Esta actividad se expande por toda la Ciudad de Buenos Aires y ya se pueden encontrar "carritos" en la Costanera Sur, Palermo, San Telmo y en la mayoría de los barrios porteños.
La gran cantidad de puestos, su proliferación constante, y su condición de clandestinos, dificultan el cálculo de la cantidad de éstos que hay instalados en la ciudad.
"Deberíamos dar ejemplo en cuanto a normativas en el ámbito de la comercialización de los distintos productos en la vía pública; pero lamentablemente no lo hemos sabido capitalizar. Tenemos la imperiosa necesidad de reglamentar y establecer pautas y criterios para las distintas actividades, que de una manera informal y lamentablemente riesgosa, son salidas laborales activas para muchos conciudadanos", señaló Alimena.
Por tal motivo, y teniendo en cuenta la experiencia realizada en la Provincia de Córdoba surgida del ámbito parlamentario y que posteriormente fuera reglamentada por el Poder Ejecutivo, Alimena propuso que se habilite la venta de choripanes y hamburguesas; panchos; maíz inflado y copos de azúcar; en puestos de venta ubicados en la vía pública.
Alimena aclaró que "si bien muchos periodistas se han burlado de la temática y vocabulario del proyecto, este tipo de venta existe informalmente desde hace tiempo, y a pesar de todas las recomendaciones a la comunidad, sobre la necesidad de abstenerse de ingerir productos cuyo origen es dudoso, se puede observar, a cualquier hora del día y de la noche, vecinos consumiendo en estos puestos".
La iniciativa establece los requisitos que deberán cumplimentar todos los puestos en cuanto a las condiciones estructurales, de higiene y de seguridad. Los puestos serán habilitados por la oficina que determine oportunamente el Ejecutivo y serán entregados a razón de uno por persona. Existirá un registro de permisionarios, que estará a cargo de la autoridad de aplicación.
Por otra parte, la mercadería debería contar con la documentación que acredite su origen en establecimientos autorizados. La conservación en el lugar y el traslado de la mercadería debería realizarse respetando la cadena de frío mediante una heladera higienizada y desodorizada, para lo que el Ejecutivo determinaría las condiciones de suministro de energía.
También se establece en el proyecto una diferencia entre la figura del "puestero", para los que venden choripanes y hamburguesas, ya que su manufactura es de tipo artesanal; y la figura del "permisionario", para los que venden panchos, ya que son productos que cuentan con menores controles que los anteriores.
"Desde el gobierno debemos proteger a los ciudadanos ejerciendo un mayor control y por sobre todo normando esta actividad que resolverá un serio problema desde el punto de vista de la salubridad, de lo laboral y de lo social, y las costumbres que hacen a todos nosotros", concluyó el legislador porteño.