Como si su futuro político no estuviera pendiendo de las decisión de 45 legisldores, el jefe de Gobierno de la Ciudad, Aníbal Ibarra, junto al secretario de Producción, Turismo y Desarrollo Sustentable, Eduardo Epszteyn, se mostró confiado cuando inauguró las obras de remodelación de la Plaza Latinoamérica.
La recuperación del paseo, ubicado entre las calles El Profeta de La Pampa, Padre Montes Carballo, San Juan Bautista de La Salle y Primera Junta, estuvo a cargo de la Secretaría de Producción, Turismo y Desarrollo Sustentable y de la Corporación Buenos Aires Sur.
En el acto de reinauguración estuvieron presentes, entre otros, representantes de las sedes diplomáticas latinoamericanas acreditadas en Argentina.
El jefe de Gobierno porteño explicó: "Estas obras se realizaron en el marco de Programa de Renovación integral de los espacios verdes de la ciudad, y el proyecto fue consensuado con los vecinos de Parque Avellaneda y contempló la preservación de lo existente, su puesta en valor y el aporte de nuevos elementos que enriquecieron esta plazoleta de 1.621 m2".
Por un lado, se reconstruyó el patio cívico con mástiles alegóricos a los países latinoamericanos y se colocaron nuevas mesas y bancos de ajedrez, además de la instalación de un nuevo equipamiento de bancos, papeleros, bebederos y bicicleteros.
El patio de juegos, por su parte, fue construido a nuevo de acuerdo con la normativa correspondiente. A su alrededor se planteó una zona de bancos, comunicados a los accesos mediante rampas, para mejorar el acceso, y fue rodeado con una reja perimetral.
Paisajísticamente, se incorporaron herbáceas perennes de fácil mantenimiento, cubresuelos y arbustos de floración, macizos bajos de hipérico con flores amarillas, agapantos con flores celestes, azaleas blancas, lantanas cámara bajas con flores amarillas y un macizo alto de rosas china roja. Además se forestó con crespones blancos y se colocaron dos palmeras, que reproducen la morfología vertical de los mástiles.
Según lo solicitado por los vecinos, todo el paseo fue rodeado por un enrejado perimetral con cuatro portones de acceso. Las veredas de la plazoleta fueron reconstruidas con nuevas baldosas calcáreas de color rojo.