Más de dos mil vecinos, de los barrios de Mataderos, Villa Lugano y Parque Avellaneda, reaccionaron con sorpresa e indignación al recibir las boletas de Aguas Argentinas. Dos meses atrás la empresa había colocado medidores en sus viviendas. A Rosa Faraco, jubilada con la pensión mínima, que vive sola en su casa de Fonrouge al 2.400, le llegó una factura de 57,73 pesos. Antes pagaba 19,28. A Carlos Julián Álvarez, Aguas Argentinas le envió una boleta por 108 pesos. Álvarez también es jubilado. Vive con su mujer, su hijo y su nuera en Escalada al 5.200, en una casa de 40 metros cuadrados. Gana por mes 107 pesos.
Tal vez el caso más ejemplificador sea el de Rita di Salvo (vive en Francisco Bilbao al 4.700), quien recibió una factura por 1.027,59 pesos cuando antes de la instalación del medidor pagaba 34.
Por todos estos motivos, los vecinos afectados decidieron realizar este viernes una protesta frente a las oficinas comerciales que la empresa Aguas Argentinas posee en Granaderos 228, en el barrio de Flores. Acudirán a partir de las 12:00, armados con baldes y palanganas. Y con su bronca a cuestas.
COMPULSIÓN A MEDIR
Los medidores fueron colocados por Aguas Argentinas entre septiembre y octubre del año pasado. Cuando llegó la primera factura, los habitantes de Villa Lugano, Mataderos y Parque Avellaneda no notaron la diferencia con el canon anterior, ya que ésta representaba solamente unos días de uso. En diciembre la cosa cambió y las denuncias comenzaron a llover en la Defensoría del Pueblo de la Ciudad.
"Se trata de personas que viven en casas de familia comunes. No hay ni piletas ni jacuzzis que pudieran llegar a justificar los aumentos", afirmó el defensor adjunto del pueblo porteño, Gustavo Lesbegueris. El funcionario explicó que cuando no hay medidores se cobra un cargo fijo de acuerdo a los metros cuadrados de la vivienda. "En los barrios afectados generalmente oscilaban entre los 20 y los 40 pesos", aseguró.
También manifestó que Aguas Argentinas realizó una instalación "compulsiva" de los medidores "sin notificar a los vecinos la mayoría de las veces". "Para nosotros esto es un abuso por parte de la empresa, ya que el decreto 999/92 establece que el usuario tiene derecho a opción y aquí no se le dio", argumentó Lesbegueris. El tema ahora está siendo estudiado por el Ente Tripartito de Obras y Servicios Sanitarios (ETOSS).
Más allá de la instalación de los medidores, lo cierto es que éstos arrojan cifras de consumo exageradas. "En el ETOSS nos aseguraron que era imposible que viviendas residenciales pudieran gastar tanto", manifestó el defensor. "Los 1.027,59 pesos que le quieren cobrar di Salvo -continuó- equivalen al consumo de una familia tipo en 20 años".
Lesbegueris afirmó que los afectados por los aumentos son más de dos mil y que gran parte de ellos recibió boletas que oscilan entre los 200 y 500 pesos.