"Fueron como 55 personas, pero la mayoría de los legisladores porteños que tienen cuatro años de mandato no estuvieron", aseguró uno de los diputados que, pese a haber dudado, concurrió al asado que el líder de Compromiso para el Cambio, Mauricio Macri, realizó este domingo en su quinta de San Miguel llamada "Los Abrojos".
La cena de fin de año no tuvo otra razón de ser que dar por concluido el 2004, por lo que el clima fue más que relajado. Macri invitó, más allá de a su socio político Horacio Rodríguez Larreta, a los 22 legisladores que componen su interbloque en la Legislatura porteña, aunque concurrieron básicamente (no estuvo Ricardo Busacca) aquellos que deben abandonar su banca en el 2005. "Estuvieron Gabriela Michetti, Mario Morando y Sandra Bergenfeld, el resto de los que tienen cuatro años de mandato no quiso o no pudo venir", afirmó uno de los presentes.
También disfrutaron del asado los aliados políticos de Macri, algunos de los diputados nacionales que ingresaron por la lista de Compromiso para el Cambio y aquellos que ocupan cargos en entes o reparticiones del Gobierno de la Ciudad.
La sensación general de los asistentes es que el presidente de Boca Juniors (que se sentó a la derecha de Eduardo Lorenzo Borocotó) estaba más que distendido y quería agasajar a los invitados. Sin ir más lejos, varios destacaron la actitud de Macri de entregar en mano las copas para el brindis, sin que mediara ningún mozo.
A la hora del discurso, Macri no realizó ningún tipo de comentario sobre su futuro político (tema que desvela a más de uno de los que estuvieron en el asado), sino que agradeció el esfuerzo realizado para continuar todos juntos y pidió que siguieran así y trabajen unidos para el bien de la Ciudad.
Algunas versiones indican que luego del brindis, la cordialidad del ex candidato a jefe de Gobierno porteño se habría evaporado y que, incluso, llegó a portarse un tanto grosero. De todas maneras, gran parte de los consultados coincidieron en que el balance de la cena fue altamente positivo, pese a que circulaban por las distintas mesas copias de un matutino donde se criticaba al macrismo por haber pedido un gran número de subsidios para fundaciones y organizaciones sociales.
