Subterráneos: el apriete kirchnerista

Subterráneos: el apriete kirchnerista

La contrapropuesta macrista de estirar el pase de la red de subtes y el pedido de que la Nación siga pagando la mitad del subsidio hasta 2017 desató la ira de los K, que amenazaron con ir a la Justicia. Los próximos pasos de los contendientes.


Lo que comenzó con las mejores intenciones públicas por parte de los funcionarios de las dos administraciones y hasta se mostró como ejemplo de la nueva relación de diálogo que vendría a partir de aquí, derivó, a medida que los encuentros por el traspaso de la red de subterráneos se sucedieron, en un altisonante cruce mediático, que dejó en claro con el correr de los días que las posturas de los negociantes eran cada vez más opuestas. Y de las declaraciones de buena onda se pasó a las chicanas, a las críticas habituales en el pasado, para desembocar en las más concretas amenazas.

El conflicto tuvo su punto más álgido el martes de esta semana, cuando el secretario de Transporte de la Nación, Juan Pablo Schiavi, mencionó la posibilidad de que el gobierno K recurra a la Justicia para obligar a la administración porteña a hacerse cargo de los subtes. Un político peronista cercano al secretario de Transporte de la Nación le aseguró a Noticias Urbanas que la vía judicial está siendo analizada con rigurosidad por un grupo de abogados del Gobierno nacional, quienes están convencidos de que en caso de recurrir a la Justicia se le dará la razón a la petición kirchnerista, ya que la ley expresa claramente que los subterráneos deben depender de la administración porteña.

?Si Macri se sigue negando al traspaso e insiste en que le mantengamos el subsidio y obliguemos a Metrovías a modernizar los coches, no dudaremos en presentarnos en los tribunales, para que de esa manera la Justicia obligue al Jefe de Gobierno de la Ciudad a cumplir con su responsabilidad de gobernante tal cual lo establece la ley?, le expresó a este medio un colaborador de Schiavi al ser consultado sobre las acciones que tomarán los K en el caso de que el macrismo alargue los tiempos para el pase.

Pero todo tiene un principio. Y el conflicto por los subterráneos también. El jueves 10 de noviembre, en un encuentro mantenido en la sede del Ministerio de Economía de la Nación entre representantes del gobierno de Mauricio Macri y de la administración de Cristina Fernández de Kirchner por el tema de los subtes, el kirchnerista designado por la primera mandataria para llevar adelante las negociaciones, el secretario de Transporte de la Nación, Juan Pablo Schiavi, le propuso a sus pares porteños, entre los que se encontraban la vicejefa de Gobierno electa, María Eugenia Vidal; los ministros de Hacienda, Néstor Grindetti, y de Desarrollo Urbano, Daniel Chain, y el presidente de Subterráneos de Buenos Aires, Juan Pablo Piccardo, que ?el Gobierno nacional podía efectivizar el pase de los subtes el primer día de diciembre?.

La idea de la administración kirchnerista consistía en transferir los activos, la potestad tarifaria, los coches y el control de la red. El funcionario K agregó, además, que ?durante un año el Gobierno nacional se hará cargo del 50 por ciento del subsidio (unos 400 millones de pesos de los 800 anuales)? que cobra la concesionaria del servicio, la empresa Metrovías.

Schiavi confirmó el ofrecimiento a través de los medios de comunicación, una vez finalizada la reunión, algo que sorprendió a los macristas y no les cayó nada bien, ya que lo tomaron como un apriete público.

En la nota titulada ?Las claves de la decisión Pro? que el semanario Noticias Urbanas publicó la semana pasada, se adelantaron en exclusiva las razones por las cuales el Gobierno porteño rechazaría la propuesta de la Nación, y se dieron detalles de la contrapropuesta que el primero presentaría ante los funcionarios nacionales.

En esa nota, un funcionario de Pro manifestó: ?El tiempo establecido por el kirchnerismo es ridículo y extremadamente corto, ya que fuimos muy claros en que antes de hacernos cargo del servicio, ellos tienen que obligar al Grupo Roggio ?que controla el 90 por ciento de Metrovías? a cumplir el contrato de concesión firmado en 1994 y que vence en 2017 en lo que se refiere a compra de nuevas unidades y mejoras en las frecuencias y el servicio en general, tarea que es de absoluta responsabilidad del Gobierno nacional. Así como nos plantearon la cuestión no la vamos a aceptar. El apuro de ellos no es nuestro?.

Siguiendo esa línea, un grupo de funcionarios macristas encabezados por Grindetti y Piccardo se reunieron dos fines de semana atrás para definir una contrapropuesta a la de la Nación, en la que rechazaban el plazo dado por los K y exigían más tiempo y una agenda concreta de acciones claves para que el pase se pudiera llevar a cabo.

Tampoco estaban conformes con lo expresado por sus pares nacionales en lo referido a los subsidios. La respuesta elaborada por los Pro contaba con el total aval de Macri. Grindetti descartó el plan del kirchnerismo al anunciar públicamente que ?es imposible? realizar la transferencia del servicio de subterráneos a la administración porteña ?en dos semanas?, como propuso el Gobierno nacional.

?Nos sorprendió que el Gobierno nacional realizara esta oferta el último jueves, dado que la Ciudad esperaba firmar un acta que contemplara la agenda de trabajo y estableciera la conformación de los equipos técnicos?, arrancó el ministro de Hacienda, dejando bien en claro el disgusto del macrismo ante el anuncio de Schiavi.

Luego se dedicó a detallar la postura oficial de la administración porteña al señalar: ?Queremos que (el subte) pase a la Ciudad. Estamos convencidos de que es lo mejor porque hace a la autonomía, pero es una transferencia ciertamente compleja, tiene aristas legales, técnicas, económicas y financieras. Además, hay que analizar el contrato del Gobierno nacional con Metrovías, definir el tema de las inversiones y la compra de coches. No se puede analizar la cuestión de las tarifas, por ejemplo, si no es en el marco de las tarifas generales del transporte, y por eso el tema del subsidio se debe evaluar, porque en el Presupuesto no está contemplado y el Gobierno de la Ciudad no tiene superpoderes para reasignar partidas. Entonces, hay que avanzar en una modificación del Presupuesto en la Legislatura?.

Finalmente, a comienzos de esta semana, la administración Macri dio a conocer su postura de rechazo a que la transferencia se haga el 1 de diciembre y pidió alargar el plazo por lo menos hasta marzo del año próximo. Además, le solicitó al Gobierno nacional que siga abonando la mitad del subsidio al subte hasta 2017, cuando vence el contrato con la concesionaria actual, y que obligue a Metrovías a cumplir con su parte del contrato mejorando la calidad del servicio.

El ofrecimiento Pro enojó a los K, y el primero en salir a fustigarlo fue Schiavi, quien el martes deslizó la posibilidad de recurrir a la Justicia en caso de que el macrismo no se haga cargo de sus responsabilidades legales. ?La propuesta del Pro fue un retroceso?, señaló el funcionario K. Pero el tema no quedó ahí, la propia Presidenta de la Nación se refirió a la respuesta macrista, al expresar durante un discurso que dio la tarde de ese mismo día en la conferencia anual de la Unión Industrial Argentina (UIA): ?Los que critican los subsidios piden extenderlos hasta 2017. Le pido a la Ciudad que se haga cargo de los subtes. Si no lo pueden hacer el 1 que sea el 15 de diciembre o a fin de mes, pero no en 2017. No les estamos pidiendo que hablen con el Club de París o que vayan a negociar con Christine Lagarde ?directora del FMI?, sino que se hagan cargo del subte?.

Luego de las críticas de Cristina, la electa vicejefa de Gobierno y actual ministra de Desarrollo Social, María Eugenia Vidal, salió al cruce de los palos K al responder: ?No se puede hacer la transferencia de cualquier manera?, y comparó la situación de los subterráneos con la de Aerolíneas Argentinas.

Para Macri y los suyos el tema del subsidio es clave. El Grupo Roggio, que controla el 90 por ciento de Metrovías y recibe 800 millones de pesos anuales en subsidios por parte del Gobierno nacional, argumenta que sin ese monto debería duplicar o triplicar la tarifa que paga el usuario. Por eso el Pro quiere que Cristina negocie con la concesionaria una reducción gradual del subsidio que con el paso de los años vaya bajando cada vez más. Pero la idea de los K es presionar a Mauricio para que se atreva a liberar las tarifas, hasta que la ecuación del subte se vuelva rentable sin ayuda del Estado.

Sin embargo, el Pro no quiere cargar con el costo político de una medida que impactaría de manera inmediata en más de un millón de usuarios que tiene el subte por día. Para Macri el incremento tarifario debe ser gradual. Y apuesta fuerte contra el kirchnerismo al exigir que se revise el contrato de concesión con Metrovías que se encuentra en la Unidad de Renegociación y Análisis de Contratos de Servicios Públicos (Uniren), un organismo creado por Néstor Kirchner al inicio de su mandato para revisar todos los contratos de las privatizadas. Allí están los reclamos cruzados entre el Estado y el grupo Roggio y hasta que no se analice ese contrato no está claro quién le debe a quién, ni cuáles son los compromisos reales que asumiría el Gobierno porteño con la transferencia del subte, ni qué facultades tiene.

Pero todavía faltaba una declaración para complicar todo un poco más. El miércoles por la tarde, el titular de Subterráneos de Buenos Aires, Juan Pablo Piccardo, aseguró que ?en un par de semanas? la Ciudad se podría hacer cargo de los subtes.

?Es un tema técnico, no hace falta discutir más el plazo. Hace falta un par de semanas trabajando los dos equipos, Nación y Ciudad, en forma intensa?, subrayó Piccardo, quien aseguró: ?Somos los primeros que queremos hacer el traspaso?.

Un día después de la contrapropuesta de Pro, las palabras de Piccardo desconcertaron a todos, pero no recibieron ninguna mención por parte del Gobierno nacional, que prefirió seguir tomando como válido el ofrecimiento formal del macrismo y no las opiniones de un funcionario porteño, que tampoco recibió el apoyo de ninguno de sus pares del Gabinete.

El repaso de las posiciones encontradas entre la Nación y la Ciudad prevé un futuro plagado de encontronazos y cruces pesados por la cuestión de los subterráneos, protagonizados por los viejos enemigos de siempre.

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