Filmus y Tomada quizás tengan desafíos complementarios

Filmus y Tomada quizás tengan desafíos complementarios

La sorpresiva decisión de la presidenta tiene más lecturas de las que se aprecian en la superficie. Filmus deberá llevar el peso de la campaña, en tanto que Tomada tendrá un rol importante en la redefinición del PJ porteño y, si ganara el FPV, en la construcción de consensos en una Legislatura en la que el oficialismo no obtendría la mayoría.


La presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, convocó sorpresivamente este viernes a la tarde a sus tres precandidatos a jefe de Gobierno para consensuar al que finalmente tendrá la responsabilidad de enfrentar a Mauricio Macri y Fernando Solanas en las elecciones del 10 y 31 de julio.

El elegido para disputar la estratégica Jefatura de Gobierno porteña fue, a la postre, el senador Daniel Filmus, que estará secundado en la fórmula por el actual ministro de Trabajo, Carlos Tomada.

En la decisión de la jefa de Estado primó su determinación de ir por el triunfo en la Ciudad, tomando en cuenta que, de hacerse realidad lo que todas las encuestas están mostrando, aún le quedan cuatro largos años por delante y ante la aparición del ?síndrome del pato rengo?, necesitará un congreso leal y además mantener alineados a todos los jefes de gobierno provinciales que pueda.

La presidenta, indudablemente miró con ojo atento a su mejor opción para enfrentar a Macri ya que Filmus ?que no era su preferido- es, de sus tres mosqueteros, el que mejor mide en las encuestas.

La presidenta designó además al jefe político de La Cámpora, Juan Cabandié, para que encabece la lista de legisladores porteños, una decisión esperada, ya que esta agrupación juvenil tendrá un fuerte protagonismo en la hipotética tercera etapa kirchnerista, que se iniciaría el próximo 10 de diciembre.

La convocatoria a Olivos fue tan sorpresiva que el ministro de Trabajo se encontraba en el microestadio de Ferrocarril Oeste, participando del acto de lanzamiento de la Corriente Peronista, cuando recibió el llamado que lo obligó a abrir la lista de oradores ?estaba previsto que hablara más tarde- y luego partir raudamente hacia la quinta presidencial para hablar con la presidenta.

El ministro de Trabajo será en esta elección el kirchnerista puro, el que llevará toda vez que sea necesario la voz de la Casa Rosada en una campaña en la que se juega mucho.

Si el Frente para la Victoria finalmente se quedara con la Ciudad, algo poco probable, la tarea de Carlos Tomada cobraría una importancia que, por ahora, en el fragor de la campaña, permanecerá invisible. El FpV conseguiría, casi seguramente, entre ocho y 10 legisladores entre todas sus listas, quizás cuatro o cinco en la propia, por lo que la muñeca del veterano dirigente político se haría imprescindible para tejer los acuerdos que hagan posible gobernar la ciudad.

Por si esto fuera poco, el rol que imaginan para él en la Casa Rosada incluye que cumpla una tarea importante en la institucionalización del peronismo porteño, hoy aparentemente unido tras la figura de la presidenta, pero en realidad un tanto disperso en cuanto a su alineamiento interno.

Con esta decisión, quedó demostrado que las decisiones que se diseñan en la Casa Rosada permiten múltiples lecturas políticas y casi siempre corren por delante de una dirigencia local que debió reaprender el juego, viviendo desde anoche una etapa diferente.

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