Las mentiras de la Metropolitana

Las mentiras de la Metropolitana

El fiscal que investiga los asesinatos ocurridos en el desalojo del parque podría llamar a declarar a policías porteños involucrados en uno de los decesos. Un procedimiento judicial demostró que era falso que la PM estuviera desarmada.


?El fiscal está analizando muy seriamente la posibilidad de llamar a indagatoria a varios efectivos de la Metropolitana. Está convencido de que los policías participaron en el operativo que provocó el primer muerto del desalojo?, le aseguró a Noticias Urbanas un hombre que trabaja en la Fiscalía que investiga los asesinatos del Indoamericano.
Los datos que involucran a la PM con la represión no son nuevos, varios testigos declararon que vieron disparar a los uniformados. Pero a eso se sumó un hallazgo clave. El descubrimiento demostró que los funcionarios mintieron. El ministro de Justicia y Seguridad del Gobierno de la Ciudad, Guillermo Montenegro, había afirmado, en tono categórico, que ?era imposible que la Policía Metropolitana (PM) hubiera disparado balas de plomo y que sólo utilizó postas de goma? porque, según dijo ?no hay ninguna compra de balas de guerra?. Como si esto fuera poco, el hallazgo involucró a los efectivos de la Metropolitana en las tres muertes que se produjeron en diciembre de 2010, durante el desalojo del parque Indoamericano de Villa Soldati.

Las contundentes pruebas contra el accionar de la policía porteña se consiguieron luego de un sorpresivo allanamiento realizado el jueves 21 de marzo por los hombres que trabajan en la Fiscalía de Instrucción a cargo de Sandro Abraldes, fiscal que investiga los asesinatos del paraguayo Bernardo Salgueiro, de 22 años, y de la boliviana Rosemary Curapeña, de 28 (ocurridos la noche del martes 7 de diciembre), y la del boliviano Juan Castañeda Quispe, de 39 (asesinado el miércoles 8). Por su parte, la causa por las acciones violentas e irregulares que se llevaron a cabo durante el desalojo del predio está a cargo del juez de Instrucción Eliseo Otero.

A pesar del impacto que produjo el allanamiento judicial del 21 de marzo, la acción se programó con bastante antelación, ya que el fiscal Abraldes fue juntando datos clave que terminaron desembocando en el procedimiento realizado en la División de Municiones y Armamento de la PM, ubicada en los Talleres Guzmán, en el barrio de Chacarita. En el lugar, los investigadores hallaron 98 cartuchos con proyectiles calibre 12/70 y la documentación de una compra por un total de 300 iguales, del 14 de octubre de 2010. El descubrimiento del armamento complica a la administración de Macri, ya que las balas halladas (las 12/70) son compatibles con las escopetas que utilizaron tanto los miembros de la Policía Federal (PF) como los de la Metropolitana en la represión de Villa Soldati. Según las autopsias realizadas por personal de Gendarmería Nacional, tanto Salgueiro como Curapeña murieron por impactos de proyectiles calibre 12/70. En los testimonios recogidos por la Fiscalía, numerosos testigos del desalojo declararon haber visto cómo integrantes de la PM disparaban contra los ocupantes del Indoamericano, utilizando escopetas Ithaca calibre 12/70. También, existen imágenes de televisión que muestran a efectivos porteños disparando desde el puente de la avenida Escalada, a pocos metros de donde cayó muerto Salgueiro, fuera del parque y cerca de la entrada de la Villa 20.

El propio cuñado de la víctima, Wilson Fernández Prieto, testigo central de la causa, que estaba junto a él cuando se produjo la balacera, declaró que los autores de los disparos eran policías perfectamente uniformados. La confirmación de la utilización de estas armas por parte de la Federal ya había sido comprobada por las propias autoridades de la fuerza, que pusieron a disposición de la Justicia las escopetas 12/70 usadas en la refriega, además de una serie de pistolas calibre 9 milímetros, lo que dio un total de 34 armas incautadas.

Cuando le tocó el turno de responder a la policía porteña, el ministro Montenegro aseguró que los efectivos no habían usado balas de plomo en el operativo y estaban desarmados, aunque luego aclaró que habían llevado balas de goma. De esa manera, la PM no entregó ningún armamento a la Justicia, ya que el funcionario macrista siguió insistiendo en que la Metropolitana no había disparado ni un solo tiro. Pese a las negativas de Montenegro, el fiscal Abraldes corroboró antes del allanamiento de marzo que la PM utilizó escopetas y armas cortas en el desalojo, luego de secuestrar 36 armas empleadas por la policía macrista. El análisis pericial de estas armas aún está en curso.

Los primeros días de enero otro dato complicó aún más la situación judicial de la Metropolitana. Se trato de una grabación de la frecuencia de la Federal en donde se escuchaba con total nitidez: ?Avísenle a la Metropolitana que se vaya de ahí porque está generando otro conflicto?, se advierte en una de las modulaciones de la noche del 7 de diciembre, en el Indoamericano. Esa comunicación le ordenaba a los policías porteños que abandonaron el puente de Escalada desde donde estaban disparando contra un grupo de manifestantes. Los nuevos datos indican que la PM llegó antes que la Federal al lugar, y la comunicación detectada por la Justicia fue registrada en un horario que coincide con el estimado en que fue baleado el inmigrante paraguayo. Además, existe una filmación realizada por la Federal, a través de una cámara que es llevada en una camioneta para controlar el operativo, que muestra a cuatro agentes de la Metropolitana disparar sus escopetas al subir al puente que cruza las vías del tren.

Las pruebas recolectadas por la Fiscalía son contundentes. En pleno año electoral, la PM enfrenta nuevas acusaciones de consecuencias insospechadas.

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