Los kirchneristas todavía siguen resentidos con Raúl Fernández, el jefe de Gabinete porteño y operador estrella de Aníbal Ibarra, después de que declarara públicamente que está empeñado en una construcción propia de cara al 2005 -incluso, llegó a dar los nombres de los posibles candidatos que pondría el ibarrismo- dejando en un deslucido segundo plano a sus socios K.
Intimamente, los kirchneristas lo acusan al Fernández porteño de conducir a Ibarra hacia el "autismo político".
"La ecuación es simple: el Presidente necesita ganar sí o sí la Capital en el 2005, y va a poner a su candidato o candidata. A Aníbal no le queda otra que cerrar con ellos", sintetiza en su despacho un alto funcionario del Ejecutivo porteño, que milita en el ala ibarrista opuesta, la que encarna Vilma Ibarra.
Es que la senadora empieza a liderar, en el gobierno porteño, un sector cada vez más proclive a profundizar la alianza con el Gobierno nacional. A tal punto esto es así que Vilma fue la primera en salir al cruce de las declaraciones de Raúl Fernández. Y no sólo eso: poco después, organizó una cena en el Club Vasco Francés donde juntó al albertismo porteño, con parte del ibarrismo y otros aliados K
Así las cosas, el mítin gastronómico juntó a ex aristas como Rafael "Balito" Romá y la titular del Pami, Graciela Ocaña; el subsecretario Marcelo Antuña -ibarrista, ligado a Vilma-; la diputada Nilda Garré y los albertistas enrolados en el Frente para la Victoria, como el secretario de Descentralización Héctor Capaccioli, y los legisladores Miguel "Pancho" Talento y Claudio Ferreño.
En este damero, es lógico que los kirchernistas la prefieran a Vilma y que, además, vean con cierto recelo al jefe de Gabinete porteño. "Desde ya que nos sentimos mucho más cerca de Vilma; y en cuanto a la estrategia de Raúl, está destinada al aislamiento. Es autista", blanqueó uno de los participantes en esta cena.
Raúl Fernández dejó en claro, por ejemplo, que este nuevo ibarrismo podría confluir con el ARI. Una confluencia inaceptable para el kirchnerismo, que ve en Lilita a una de sus principales opositoras.
Lo que el jefe de Gabinete parece buscar es fortalecer los apoyos tradicionales -Frente Grande, socialismo, radicalismo, etc- para luego negociar con el Gobierno nacional. "Esta es la lógica de los partidos de izquierda en Argentina, pero eso no sirve para negociar con el peronismo", desliza un kirchnerista porteño que suele hablar seguido con Alberto Fernández, el jefe de Gabinete nacional con aspiraciones de suceder a Ibarra en el 2007.
La actitud de Ibarra es ambigua. Elogia la gestión del santacruceño, pero hasta ahí. "Aníbal tiene dudas sobre un alineamiento total con el Gobierno nacional, y se le notan", apunta un secretario del Ejecutivo que habló de este tema con el jefe porteño.
Un dato: cuando Raúl Fernández dijo que había que construir el ibarrismo para el 2005, Ibarra no lo desmintió. Pero tampoco desautorizó a su hermana Vilma, proclive a fortalecer la alianza con Kirchner. "Va a hacer equilibrio entre las dos posiciones, sin jugarse demasiado por ninguna, hasta que se acerquen las elecciones", aseguró a NOTICIAS URBANAS el ibarrista militante en el ala de Vilma.
Es que, de profunizarse la alianza entre Ibarra y el peronismo en el 2005, y después, en el 2007, muchos de sus aliados tradicionales perderían su lugar. "En el 2007 sólo habrá lugar para Aníbal, Raúl y muy pocos más. ¿Y cómo le decís, por ejemplo, al socialismo que la alianza ya no va más?", analiza un peronista que participa en el gobierno porteño.
Por estos días, el albertismo piensa que el jefe porteño se acercará más a ellos. "Aníbal va a tener gestos con nosotros", anticipan, enigmáticos, los kirchneristas porteños. Según ellos, en los próximos días Ibarra va a salir a mostrarse en actos y fotos con los hombres del Presidente en el Gobierno de la Ciudad.
Aunque por otros motivos, también haría lo mismo con Rafael "Balito" Romá. Preocupado por los rumores de disconformidad en torno a su gestión, el ex arista también habría pedido gestos concretos de apoyo.
Si en algo coinciden los actores de la Ciudad es que se viene el debate por el 2005, y que la gestión de Ibarra dependerá de cómo se resuelva esta interna porteña.
Mientras todo esto sucede, la hipótesis de que Cristina Kirchner sea la candidata para la Capital en el 2005 aún sigue en la mente del Presidente.