"Macri es un aliado funcional del kirchnerismo"

"Macri es un aliado funcional del kirchnerismo"

A la falta de representación política, el dirigente opone el crecimiento del PO en los movimientos sociales y estudiantiles. De sus críticas no se salva ni el Pepe Mujica.


A pesar de haber participado en las luchas de los trabajadores del subte y los explosivos conflictos de Kraft de 2009, el nombre de Marcelo Ramal (55) no dice mucho para el porteño de a pie. No así para la porteña de a pie, si es que alguna vez vio su foto de campaña en los subtes, por ejemplo. Es que Ramal es un tipo guapo (sigue siéndolo, pesar de haber pasado los cincuenta), y su rostro llama la atención, no tanto así su propuesta política, que para amplios sectores de la clase media huele un poco a naftalina: de hecho, sus dos últimas elecciones, en 2007 y 2009, en las que se postuló como candidato a jefe porteño (2007) y a legislador (2009), no se tradujeron en cargos electivos.
Ramal niega, de plano, este último punto, como es lógico, y contraataca: afirma que quienes huelen a naftalina, son en verdad los políticos de izquierda que, como Pepe Mujica, en Uruguay, o Claudio Lozano, su colega de Proyecto Sur, se apropiaron de las banderas de la izquierda para reivindicar valores del capitalismo ?envejecido?, que ha agotado su ciclo, con la excusa del ?aggiornamiento? del pensamiento izquierdista en América Latina.

Contraataca, también, con un argumento estrictamente real: si bien el Partido Obrero (PO) no logró representación política, sí pudo afianzar su presencia en los movimientos sociales, como las reivindicaciones que obtuvieron los trabajadores del subte; el explosivo conflicto de Kraft, o el haber ganado la conducción en la UBA, así como la militancia en las cooperativas de vivienda o en las villas porteñas. La Fuba, por caso, tiene por presidente a un militante del Partido Obrero, Cristian Henkel.

?Es cierto que nos falta trasladar estos logros al plano político ?admite, por fin? y como creemos que Macri tiene como aliado funcional al kirchnerismo, se torna de fundamental importancia desarrollar una oposición de izquierda. Porque está a la vista que la única oposición real somos nosotros. Tanto los K, como Macri y la Coalición Cívica tienen acuerdos en los temas de fondo?.

?¿Y por qué ustedes serían la oposición real estando Proyecto Sur con representación parlamentaria?

?Te pongo un ejemplo: Claudio Lozano acaba de proponer una forma de pagar la deuda, de manera que cierre el presupuesto, cuando la propuesta histórica de la izquierda fue no pagar la deuda por ilegítima y porque ya la hemos pagado varias veces. De la misma manera, la Policía Metropolitana, por ejemplo, que sigue teniendo la impronta de Ciro James y Fino Palacios en su orientación represiva, tuvo el consenso del kirchnerismo. Otro ejemplo: hace unos años, cuando participamos del conflicto de los trabajadores del casino, que querían elegir a sus propios delegados (NdR: algo similar a lo que ocurrió con los trabadores del subte, que querían agremiarse por fuera de la UTA) había que ver cómo estaban de acuerdo el kirchnerista Cristóbal López y el macrista Daniel Amoroso, secretario general del Sindicato de los Juegos de Azar, que boicoteaba todo intento de autonomía de los propios trabajadores. ¿Querés más ejemplos? La venta de los terrenos de Catalinas Norte, también consensuado por los K y PRO, fue un gran negocio inmobiliario compartido.

?Pero, ¿no podrían interpretarse, también, esos cambios como una transformación de la izquierda y un reajuste a los nuevos tiempos? Ejemplo: Pepe Mujica, en su discurso de asunción y para explicar dónde está parado hoy, dijo algo muy interesante: que las batallas por el todo o nada son el mejor camino para que nada cambie.

?Estoy de acuerdo, pero una cosa son las conquistas parciales, como para nosotros pudo haber sido la ley del subte, consagrando las seis horas de trabajo para sus trabajadores o ganar un centro de estudiantes, y otra muy distinta es lo que hizo Mujica en la reunión de Punta del Este, donde, de hecho, le dio todo tipo de garantías al capital. Eso es pasarse al bando del capital. Por otra parte, la versión de esa izquierda remixada fue Aníbal Ibarra en Capital. Fue el Frepaso y el Frente Grande, y ya sabemos cómo terminó.

?Digamos que, antes que izquierda o derecha, Ibarra fue un gran inoperante que terminó en el desastre de Cromañón: todos coinciden en la inercia que tenía su gobierno, más que cualquier sello ideológico.

?Sí, pero además, Ibarra fue el germen de las políticas privatizadoras en la Ciudad. El armado de las Corporaciones ?del Sur, etcétera? fue un avance claro en ese sentido. Y esta involución es típica de este tipo de izquierdas en América Latina, las que se enfrentaron al neoliberalismo en los ochenta y noventa y luego terminaron pasándose ellas mismas al bando del capital y pagando los costos dejados por esa etapa.

?¿Y también cree que Lozano se ?pasó al bando del capital??

?Si nos atenemos a la propuesta que acaba de hacer para pagar la deuda, sin apelar a las reservas, sí, se pasó al capital apropiándose de un discurso de izquierda.

?Es decir que: de aliarse, ni hablar?.

?En estas condiciones, no?

Es economista y docente, en las Universidades Nacionales de Buenos Aires y Quilmes.

Integró la comisión directiva del Centro de Estudiantes de Ciencias Económicas durante la dictadura militar y, en aquella época de fuego, colaboró, también, con las organizaciones de derechos humanos. Entre 2000 y 2003, fue secretario parlamentario del bloque del Partido Obrero en la Legislatura de la Ciudad. Fue entonces cuando se metió de lleno en los temas porteños, en la época en que Jorge Altamira era diputado. Lo ayudó entonces a elaborar sus principales iniciativas: proyecto de salario mínimo, de reducción de la jornada laboral del subte a seis horas, de urbanización de villas en la Ciudad.

Escribe en Prensa Obrera ?y a veces en Página/12 e Infobae? artículos y propuestas vinculadas con la Ciudad; vive en Almagro y tiene tres hijos de varones, el mayor es economista como él. Los cuatro varones Ramal son hinchas de Argentino Juniors y van juntos a la cancha. A sus retoños les puede perdonar casi cualquier cosa, dice, menos que no sean fans del club de sus amores.

?A propósito de las villas de Capital, el otro día estuve con los curas villeros y ellos tienen una propuesta similar a la suya. ¿Le molesta coincidir con el clero en este punto?

?No, no? Aunque creo que tenemos matices de diferencia importantes. Yo he hablado con el padre Pepe, por ejemplo, de la Villa 31 y también estuve en la 21. Y nuestra idea es convertir a las villas en barrios obreros, no contener su crecimiento, que nos parece una propuesta conservadora.
Los curas proponen lo mismo y para eso contactaron a un arquitecto que hizo una tarea de integración en Brasil con las favelas. Pero no creo que los curas estén por la propiedad colectiva de la tierra y por oponerse a los grandes proyectos inmobiliarios. Digo, para convertirlas en barrios obreros se necesitan modificaciones estructurales, de fondo, que no creo que los curas de la Iglesia estén dispuestos a apoyar.

?Y dígame, ¿no está cansado de vivir en la adrenalina permanente?

?Y? digamos que uno lucha por un proyecto social.

?Sí, está bien, pero las consecuencias las debe sentir en su vida personal. Y esa es mi pregunta. Por ejemplo, ¿está en pareja?

?Estoy en pareja, sí?.

?¿Con la mamá de sus hijos?

?Mejor, dejémoslo ahí, ¿sí? o

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