"La Justicia nos otorgó la tenencia de la Clínica "El Buen Samaritano" -situada en Avenida Medrano 350-, lo cual nos aproxima al más ansiado de nuestros proyectos como es el pedido de expropiación en la Legislatura porteña", señaló a NOTICIAS URBANAS Alberto Blanco, presidente de la Cooperativa de Salud Medrano.
La decisión de la Justicia regularizó la situación de los trabajadores que, si bien son acreedores en el proceso de quiebra, por lo que estaban amparados por la ley, no poseían entidad como para hacerse cargo formalmente del manejo de la clínica.
Ésta pertenecía a la "Asociación Mutual Evangélica" -el edificio está a su nombre todavía-, que designó como director médico a su pastor, Héctor Lombardo, en 1994. En 1997, Lombardo presentó una quiebra por 18 millones de pesos y renunció para ser designado como secretario de Salud Pública por el entonces jefe de Gobierno, Fernando de la Rúa.
Los trabajadores continuaron trabajando en la clínica, apoyados por la Asociación de Trabajadores de Sanidad Argentina (ATSA). Las cosas no iban bien entonces, pero luego fueron aún peor. En junio de 2001, cuando Lombardo fue designado como ministro de Salud Pública de la Nación, reapareció inopinadamente por la clínica, acompañado por el médico Pablo Momeño y por su secretaria privada Leo Solessi, a los que designó para continuar con el negocio.
A partir de entonces la clínica cambió de denominación y pasó a ser "APGN New Life", y con esta mutación los trabajadores, que en el tiempo de ATSA cobraron sus salarios irregularmente, vieron agravada su situación contractual. Por si esto fuera poco, cuando cayó de la Rúa, el establecimiento de pomposo nombre dejó de cobrar las cápitas del PAMI que le había conseguido su antiguo director médico.
En junio de 2002, Momeño y Solessi le vendieron la clínica a la Editorial Plus Ultra, que se encontraba en concurso de acreedores y que pagó un millón de dólares con bonos de la deuda externa uruguaya. En esos momentos, el dúo de ahijados de Lombardo le debía al personal seis meses de sueldos y dos aguinaldos.
La nueva empresa convocó a una reunión a los fatigados trabajadores, que se vieron obligados a aceptar una propuesta poco convencional, que consistía en licenciarlos -con goce de sueldo- por el término de 20 días. Cuando transcurrió ese plazo, la patronal suspendió al personal por 60 días más, pero luego -para compesar- reconocieron la deuda contraída. De todos modos, lo original estuvo en la forma de pago propuesta: ofrecieron la cesión de una factura impaga del PAMI por un monto de 89.600 pesos. Los empleados rechazaron, indignados, el arreglo.
Trascartón, la clínica cerró sus puertas el dos de julio último, un mes después de su venta. Durante tres meses, los desesperados trabajadores mantuvieron el proceso de negociación con los nuevos dueños, que estaban representados por el abogado Carlos Alberto Bompadre. Como la situación se alargaba y los trabajadores se enteraron de que existía la posibilidad de que el establecimiento fuera a remate y que en ese proceso los propietarios lo recompraran por un precio irrisorio, se decidieron a ocupar sus instalaciones.
A continuación, los delegados del personal hablaron con el juez que tiene la causa, que aceptó -sin comprometerse- la presentación de un proyecto elaborado por los trabajadores para decidir el futuro de la clínica. El siguiente paso que decidieron los trabajadores fue la conformación de una cooperativa. Se presentaron al INAES y les fue otorgado el número de cooperativa, que es el 62.653 y la denominación de "Cooperativa de Trabajo Salud Medrano".
Actualmente, la clínica presta sólo un servicio primario, ya que no están dadas aún las condiciones para profundicar la atención. "Por eso esta noticia es sumamente favorable, porque nos permite presentar el proyecto de expropiación en la Legislatura, donde ya hemos recibido el compromiso de varios legisladores", afirmó Blanco. Entre ellos se encuentran los diputados Beatriz Baltroc (Autonomía Popular), Eduardo Peduto (ARI), Vilma Ripoll (Izquierda Unida) y los integrantes del Bloque Radical Porteño, entre otros. También se reunieron recientemente con el candidato a vicejefe de Fuerza Porteña, Jorge Telerman.
"Esto posibilita la tarea de poner la clínica al servicio de un proyecto solidario para el barrio de Almagro y para las empresas recuperadas y para otros sectores de la sociedad que necesiten de una medicina donde el dinero no es el principal objetivo, sino que éste sea el de una medicina barata, solidaria y al alcance de todos", concluyó Blanco.