La leyenda surgió en los albores del tiempo. Y se transmitió en un mal hablado lenguaje oral. Según un mito profano, en la antigüedad existió un grupo de hechiceros finlandeses que se dedicaban a vender vientos a los marineros de toda laya, según sus necesidades. En concreto, lo que ofrecían los nórdicos era un pañuelo con tres nudos. La idea consistía en ir desatando los nudos de a uno, con lo cual cada uno producía un viento que crecía en intensidad a medida que se llegaba al tercero. Si el primero producía una leve brisa, el segundo se encargaba de producir un viento mucho más fuerte y por último, el tercero, terminaba desatando un huracán de proporciones insospechadas.
Aunque los tiempos cambiaron y los hechiceros se transformaron en personajes de ficción literaria o fílmica, en la actualidad existen vendedores de vientos, o como se los llama más acá en el tiempo, vendedores de humo. Son esas personas sinuosas, de trajes a la moda y gafas negras, que se encargan de ofrecer como verdades reveladas datas de oscuro origen a periodistas desprevenidos.
?Le dicen vendedores de humo porque venden mentiras o burdas operaciones de prensa. Ése es un trabajo muy común entre los espías vernáculos?, le manifestó a Noticias Urbanas
un ex integrante del área de Inteligencia de la Policía Federal, quien en tono cínico agregó: ?Y el caso más evidente de esa forma de actuar se ejemplifica en el affaire Ciro James y sus escuchas ilegales?.
El por momentos inescrutable caso judicial que investiga el juez federal Norberto Oyarbide se encuentra minado de datos que suelen contradecirse entre sí. Sin embargo, existe una certeza que este semanario se encargó de adelantar en forma exclusiva en su anterior edición y que los hechos posteriores
confirmaron: los investigadores van por el Jefe de Gobierno
de la Ciudad, Mauricio Macri. Cada vez cobra más fuerza la versión de que será llamado a indagatoria por el magistrado.
?Oyarbide tiene elementos suficientes como para citar al jefe comunal, aunque todavía está tratando de terminar de corroborar algunos hechos que le permitan llamar al ingeniero y por los menos culparlo por el delito de incumplimiento de los deberes de funcionario público?, señaló ante NU un estrecho colaborador del juez federal al referirse a la situación
de Macri en la causa.
Esta línea investigativa hace pie en dos ejes distintos pero que, según el magistrado, demuestran por igual la implicancia del Jefe de Gobierno porteño en el caso de las escuchas clandestinas. El primero de ellos tiene que ver con el detenido en el penal de Marcos Paz, el ex jefe de la Policía metropolitana, el otrora comisario Jorge ?el Fino? Palacios, quien está acusado de los delitos de ?violación a la intimidad, abuso de autoridad y falsificación de documentos públicos?.
Según la lógica de Oyarbide, quien fuera miembro de Inteligencia de la Federal, el abogado Gerardo Ciro James era sólo el brazo ejecutor de las escuchas ilegales, el hombre que se encargaba del trabajo material, o sea, de pinchar los teléfonos y nada más, ya que el ex ?federico? recibía órdenes de Palacios y de por quien entonces era el segundo de la Metropolitana, el comisario Osvaldo Chamorro. Para el juez, Macri no podía no estar al tanto de las actividades que realizaba el Fino debido a la antigua relación de amistad que los unía desde su época como presidente del club Boca Juniors, cargo que Mauricio asumió en 1995, para luego convocar al policía como jefe de seguridad de la institución de la ribera. Según los datos obtenidos en la pesquisa, en su puesto al frente de la Policía Metropolitana, Palacios sólo dependía de la autoridad del jefe comunal, debiéndole
rendir cuentas nada más que a él. Incluso el propio ministro de Justicia del Gobierno de la Ciudad, Guillermo Montenegro, no tenía poder sobre el Fino. Esta argumentación le sirve al magistrado para unir en las responsabilidades penales a Macri y a Palacios. Aunque en su primera indagatoria ante Oyarbide, el ex jefe de la policía local negó todos los cargos en su contra, aclarando que jamás le ordenó a James pinchar teléfonos, aceptando solamente que conoció al espía en 2003, cuando la Superintendencia de Investigaciones de la Federal, que estaba a cargo de Palacios, realizó un operativo en el cual colaboró personal de la División de Robos y Hurtos, a la cual pertenecía el espía.
Además, Palacios agregó que una vez al frente de la Policía
Metropolitana, recibió a James tres veces en su despacho del Ministerio de Seguridad porteño, ubicado en Barracas, porque venía acompañado de un subcomisario de la Federal, viejo conocido suyo.
Sin embargo, luego de que Oyarbide le negara la excarcelación al defendido por Diego Richards, por considerar que si Palacios estaba libre entorpecería la investigación en curso, se encendió una señal de alerta en el entorno del Jefe de Gobierno sobre su futuro judicial. ?Si el Fino no hizo nada por entorpecer la causa antes, tampoco lo hará ahora. Lo que hace el juez es tenerlo como rehén para desgastarlo. Las horas de encierro son complicadas para cualquiera, y más para un tipo como Palacios. La táctica de los investigadores judiciales es limarlo para que se vea forzado a realizar una nueva declaración y termine afirmando que él daba las órdenes para las escuchas ilegales y que además Macri estaba al tanto de lo que pasaba?, le aseguró a Noticias Urbanas uno de los letrados que trabaja en la defensa del ex policía acerca de la estrategia que lleva adelante Oyarbide. Pero todavía había más.
Lo peor es la familia
La otra cuestión central en la que el magistrado pretende culpar a Macri por el caso de las pinchaduras clandestinas tiene como centro a la propia familia del ingeniero. El origen de la historia comenzó cuando se dio a conocer la noticia de que el cuñado del jefe comunal, el esposo de Sandra MaDecri, el parapsicólogo Néstor Daniel Leonardo, había sufrido espionaje telefónico. El damnificado culpó enseguida a su suegro, Franco Macri, por el tema, y el juez no perdió tiempo y lo citó a declarar. Mauricio trató de distanciarse del tema y mencionó que el mantenía una muy buena relación con su cuñado y que los malos tratos eran una exclusividad de su padre. A pesar de ello, el magistrado no descartó ninguna hipótesis, y mucho menos la posibilidad de que el Jefe de Gobierno hubiera espiado a Leonardo.
El asunto sufrió un nuevo giro hace dos semanas, cuando el cuñado fue atacado a balazos en la puerta de su casa del partido bonaerense de Ituzaingó, por dos desconocidos.
Casi al instante, el ingeniero se apresuró a catalogar el hecho como un caso más de inseguridad, luego de haber dialogado con su hermana. Estas palabras no le cayeron nada bien al magistrado, quien salió a cruzar al empresario: ?Me parece desproporcionado salir a decir, como lo he escuchado al Jefe de Gobierno, que era un hecho de violencia común, un hecho
más. Acá no hay que descartar nada?. En su fuero íntimo, el juez siempre ligó las pinchaduras de teléfono y el atentado a balazos que sufrió Leonardo con la figura de Mauricio Macri.
Esta semana se agregó un nuevo dato a la cuestión que parecería darle la razón al magistrado.
Precisamente, para el jueves de esta semana, Oyarbide citó a declarar a la secretaria del Jefe de Gobierno, Ana Moschini, para interrogarla sobre un correo electrónico que fue enviado
desde su casilla de correo, amoschini@buenosaires.gov.ar, a la de Sandra Macri, pidiéndole que desvinculara a Mauricio en la causa del espionaje, sufrido por su marido. El sorpresivo dato fue aportado por el propio Néstor Daniel Leonardo, el martes, cuando se presentó en los tribunales federales de Comodoro Py con el mail que había sido emitido de la computadora de Moschini. Y se lo entregó a Oyarbide. El texto que recibió Sandra ya venía redactado y sólo le faltaba la firma de su marido. Era un claro mensaje desligando al jefe comunal de todo lo ocurrido. ?Por medio de la presente comunicación quiero dejar escrito que en ningún momento he vinculado al señor Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri, en presuntas acciones de espionaje contra mi persona durante la declaración testimonial
que brindé ayer?, se leía en el e-mail que llegó a la casilla de correo de Sandra Macri y que Leonardo llevó al cuarto piso de Tribunales. El final del increíble correo electrónico era todavía más contundente: ?Nunca pensé, declaré o denuncié
que pudiera estar involucrado en acciones tendientes
a vulnerar mi intimidad?.
Ante la aparición del comprometedor mensaje, el jefe de gabinete del Gobierno de la Ciudad, Horacio Rodríguez
Larreta, intentó una tímida defensa mediática al afirmar que el correo le fue enviado a la hermana de Macri por expreso
pedido de la misma. ?Aunque para Oyarbide este correo electrónico servirá para reforzar las presunciones de culpabilidad de Mauricio, lo que esto comprueba es que el Jefe de Gobierno venía sufriendo un espionaje desde que decidió sacar a la calle a la nueva policía, y esta acción no puede venir de ningún otro lado que no sea el sector kirchnerista
de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE). Según una versión que manejamos, el texto de la carta le llegó al magistrado no de manos del cuñado, sino a través de ciertos agentes de la inteligencia nacional?, se defendió ante NU un macrista que trabaja en un alto puesto del Ministerio de Seguridad porteño. Para los macristas, es más que evidente que el juez federal no es imparcial y que tiene como único objetivo procesar a Macri. Para ellos, este dato se reforzó el miércoles por la noche, cuando se confirmó que el propio Oyarbide será el encargado de intervenir en la causa
por un supuesto complot del Gobierno nacional sobre la puesta en marcha de la Policía Metropolitana, tal cual lo había denunciado Mauricio Macri. El hecho se produjo luego de que el juez federal Daniel Rafecas se declarara incompetente para intervenir en el caso y considerara que por conexión con la causa de las escuchas ilegales, era el propio Oyarbide quien debía manejar el tema. Como era de esperarse, la resolución puso furiosos a los macristas, para quienes el magistrado era la persona menos indicada para la pesquisa, ya que demostró que nunca creyó en la existencia de un complot K contra la policía porteña. Luego de analizar la línea de investigación que lleva adelante el juez, crece la preocupación en el macrismo, y a medida que las jornadas avanzan, todo hace suponer que su jefe máximo deberá encontrarse cara a cara con una mala pesadilla, personificada en la figura de un elegante juez federal de la Nación.
Montenegro dixit
Según los dichos del ministro Guillermo Montenegro, ?la Policía
Metropolitana, para el año 2010, tiene en gastos de personal
una cifra mayor a 175 millones; en gastos corrientes, algo más de 57 millones y en gasto de capital, que es inciso 4 (obras) y PPI (Presupuesto Plurianual de Inversión), 53.860.000 pesos. Esto da un total de 276.705.442 pesos. Se destina un 60 por ciento a gastos de personal, un 20 por ciento a gastos corrientes y un 19 por ciento a gastos de capital.
El gasto en personal incluye, aproximadamente, 1.800 policías con experiencia y 220 personas sin experiencia, que es el personal civil, que tiene a cargo toda la parte administrativa de la Policía Metropolitana. Dentro de los gastos corrientes, los importes más relevantes son: uniformes, 10 millones; seguro, combustible y mantenimiento de rodados, 7 millones; municiones, 8 millones; servicios y vianda del Instituto,
8 millones; 540 becas mensuales, 7 millones. Las becas son para los nuevos cadetes que han ingresado hace 10 ó 12 días al Instituto?.
Si el hombre lo dice, habrá que creerle.