Sembrar vientos, recoger tempestades

Sembrar vientos, recoger tempestades

Los nuevos nombres de las ecuchas de James no tienen nada que ver con la policía porteña. Los datos que juntan al espía con un sector de la SIDE K.


El impecable cincuentón de traje a la moda esboza una sonrisa que mezcla, como en una coctelera imaginaria, dos partes iguales de soberbia y agrande, luego de releer la primera nota que Noticias Urbanas escribió sobre el escándalo del espionaje porteño, y se enorgullecerse de sus frases entrecomilladas que el tiempo se encargó de confirmar. ?Como en todo buen relato policial los hechos están a la vista, pero sólo para aquellos que saben ver y que conocen del asunto?, arranca como dando cátedra el experto vernáculo en inteligencia, antes de hacer una pomposa pausa y proseguir, seguro de que tiene toda la atención de su interlocutor. ?A medida que se conocen más datos del affaire Ciro James, van apareciendo más elementos que no encajan con la historia oficial que sostiene que el ex Policía Federal trabajaba solamente para el ex jefe de la Policía Metropolitana, el comisario Jorge ?el Fino? Palacios. Por ejemplo, para qué quería Palacios escuchar ilegalmente al ex cuñado de Mauricio Macri, Néstor Daniel Leonardo, al abogado Ignacio Castex y a altos colaboradores del empresario Alfredo Coto, ya que según lo afirmado por el juez federal Norberto Oyarbide estas personas sufrieron las escuchas ilegales de James. Al Fino no le importaban porque no dependía de ninguno de ellos su permanencia al frente de la nueva policía porteña. Esto no tiene sentido. Lo del líder de la agrupación de Familiares de las Víctimas del Atentado a la AMIA, Sergio Burstein, tiene sentido, pero las otras pinchaduras no?, reflexiona con cinismo el informante consultado por NU al analizar los nuevos pasos de la investigación.

El razonamiento no carece de sentido común y vuelve a desembocar en una pregunta medular de la intrincada causa: ¿para quién trabaja en realidad Ciro Gerardo James? Los datos recogidos por este medio sitúan al ex ?federico? como una especie de doble agente que trabajó para Palacios, para luego pasarse a sus enemigos, más exactamente a un sector kirchnerista de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) que operó para lograr la renuncia del Fino al frente de la Policía Metropolitana. Pero todavía hay más elementos que apuntan en esa dirección. ?Hay otro dato que tus inquisidores colegas pasaron por alto. El propio Oyarbide aseguró que integrantes de la SIDE son quienes realizan el trabajo de averiguar qué líneas estaban pinchadas por James y luego se lo comunican al magistrado. ¿Sabes qué quiere decir eso? Que los tipos que manejan la inteligencia nacional, los hombres más cercanos al subjefe de la SIDE, el pingüino y amigo histórico de Néstor Kirchner, me refiero a Francisco ?Paco? Larcher, que, además, tienen infinidad de teléfonos pinchados y no actúan como estúpidos como James, ya que las escuchas son ilegales, son los que proveen de pruebas al juez. Con los antecedentes que te enumeré no creo que actúen con imparcialidad y aparezca una pinchadura que involucre a los espías K, sino que van a ser todas maniobras realizadas por James por orden de Palacios para perjudicar políticamente al Jefe de Gobierno de la Ciudad, Mauricio Macri. Aunque no puedan explicar las razones de varios de los involucrados en las escuchas ilegales. Ante la ineptitud del ingeniero y su ministro de Justicia, Guillermo Montenegro, para actuar y formar una policía local, ya que su puesta en funcionamiento se retrasa continuamente, sus enemigos políticos avanzan?, reflexionó la fuente interrogada por NU.

Integrantes de la Federal y de la SIDE que pidieron ampararse en el off the record, confirmaron que James se presentó ante los magistrados de Misiones como integrante de la Policía Federal y que las escuchas ilegales realizadas a los directivos de Coto y al letrado Castex ?las realizó a pedido de la SIDE?, ya que aparte de trabajar con los ?federicos?, ?el famoso espía también realizaba trabajitos para un influyente sector K de la Secretaría de Inteligencia?. A medida que pasa el tiempo, el affaire del espionaje local amenaza con transformarse en una caja de Pandora, y su final se vislumbra impredecible. Incluso para los expertos operadores que lo fogonearon y que, una vez fuera de control, podrían terminar quemándose.

(NOTA ORIGINALMENTE PUBLICADA EN EL SEMANARIO NOTICIAS URBANAS Nº 214, DEL 12/11/09).

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