La repercusión de un conflicto nacional

La repercusión de un conflicto nacional

El análisis de un enfrentamiento sin términos medios, que logró encarnizar el discurso de amigos o enemigos de la patria. En exclusiva de NU, la opinión de los referentes de la política porteña.


La política porteña viene siendo testigo de los últimos cien días que mantienen en vilo a la Argentina, y que "usan" a esta ciudad como escenario. Quien no ha sido testigo sino protagonista es una gran parte del pueblo, de vieja extirpe cacerolera, que ha vuelto a hacerlas sonar.

Sí, el lunes feriado, luego de las expresiones de Luis D’Elía, hablando de golpes y resistencias constitucionales, olfateando la sombra duhaldista entre bambalinas, se produjo una reacción masiva (qué duda cabe) de hartazgo social frente al conflicto. La sociedad, no toda, pero sí una parte significativa, se expresó en idioma 2001.

No obstante Macri ha tenido que decir algo. Ha tenido que salir a sentar posición, haciéndose eco de lo que sus (vaporosas) bases habían protagonizado el día anterior. Es que el hombre es algo más que el jefe de Gobierno de la Ciudad. Es, ni más ni menos, que uno de aquellos que califican seriamente para empezar a organizar ese "gran polo opositor". El mismo al que el ex presidente Kirchner ya ha fijado a la (centro) derecha del tablero político. Diciendo además que se "a-le-gra" de que empiece a existir.

Al parecer, a ese polo opositor le queda el desafío de organizar "lo espontáneo", es decir, la pulsión cacerolera que empieza a medir sus fuerzas, contra el rústico y místico armamento peronista (el sindicalismo nativo). Tal como declaró Macri, "no tiene sentido continuar con movilizaciones organizadas, no espontáneas", cuando rogó el día anterior al acto oficial por la suspensión del mismo. Oídos sordos del otro lado de la muralla: el acto se hizo, y entre gremios, intendencias, gobernadores y organizaciones sociales se dio el marco para uno de los discursos más encendidos de la presidenta Cristina, postrero del envío al Parlamento del "pequeño" lío agrario. (Discurso en el que apeló a una de las certezas más inocentes de la democracia: la legitimidad nace del voto popular. Aunque la negación tiene un límite: cada uno de los cuatro referentes de las entidades agrarias tiene una legitimidad interna que el desborde del conflicto ha distorsionado un poco).

No debe ser fácil tener las responsabilidades que le caben al jefe comunal, Mauricio Macri. Sin embargo, qué duda cabe de que la crisis con el sector agrario impacta sobre todos, y con centro en algo simple: el empate se precisa de desempate. La verdad es simple, pero no sencilla? Oposición, ¿estás ahí? En Noticias Urbanas quisimos recorrer gran parte del espinel político, preguntando a varios de nuestro amplio "dream team", de todos los colores, de todo el arco, qué escenario político deja este conflicto.

El kirchnerismo, por su parte, parece empezar a mirarse a los ojos con su verdadera contradicción principal. No sólo la contradicción social, de clase, cuyo montaje adquiere diversas fórmulas dicotómicas (campo-ciudad, economía agroexportadora-desarrollo industrial, negros-blancos, etcétera), sino sobre sus propios soportes políticos, básicamente, el PJ, que, de la mano férrea del ex presidente ha iniciado su proceso de normalización. Decisión saludable. Las "rebeldías" chubutenses o cordobesas, más que excepciones podrían marcar tendencias, y ésa es una de las noticias políticas del momento. Las mismas fueron desestimadas con eficaz muñeca por Néstor Kirchner, en la conferencia de prensa. Y ésa ya es otra noticia del momento, de la situación: el ex presidente respondió preguntas a la prensa. Y se lo vio más que cómodo. Es más: dio ganas de más. Dio ganas de que le encuentre el gustito a la cosa. Se lo vio tranquilo, modesto, juguetón, divertido y brutalmente honesto a la hora de algunas respuestas.

La discusión en el Congreso está en el ojo de la tormenta. ¿Cómo queda parado el Gobierno nacional? Las consecuencias locales y nacionales de 100 días de enfrentamientos, falta de diálogo, cacerolazos, actos, resistencias por ver "de quién es la plaza" y eternos cortes de ruta.

LAS PIEZAS DEL PUZZLE PORTEÑO

Mauricio Macri (jefe de Gobierno porteño): Consultado por este semanario, el jefe de Gobierno no quiso opinar sobre el acto del miércoles -él mismo ya lo consideraba innecesario-, y pidió que el estado de situación vuelva a situarse en el 10 de marzo, o sea, el día antes del anuncio del nuevo esquema de retenciones agrarias. Sobre el envío del proyecto sobre este tema al Congreso, el ingeniero aseguró que es una medida positiva sólo "en el marco de una discusión a nivel general de la políticas agropecuarias". Además, pidió por un verdadero debate entre los legisladores nacionales. Para cualquier político porteño, frente al "hervidero legislativo" de esta ciudad (que más de un dolor de cabeza le ha causado a algún ex jefe de gobierno), resultaba envidiable el clima distendido del parlamento nacional. Hasta ahora.

Aníbal Ibarra (ex jefe de Gobierno, actual legislador por Diálogo por Buenos Aires): "Este conflicto, su magnitud, era inimaginable hace cuatro meses. Esto generó un desgaste político del Gobierno, una división profunda en la sociedad y que no responde a la lógica democracia – golpe de estado. Creo que recién el año que viene podrá saberse la verdadera consecuencia de este enfrentamiento.
Por otro lado, el envío del proyecto de retenciones al Congreso me parece una iniciativa positiva, pero para que pueda haber un camino de superación del conflicto debe tratarse a libro abierto y permitir un marco de consenso. Los ruralistas tienen que levantar el paro y participar de la discusión parlamentaria. Se abrió una posibilidad e solucionar en forma duradera el conflicto, y espero que no se desaproveche".

Enrique Olivera (ex jefe de Gobierno, actual legislador, presidente del bloque de la Coalición Cívica): "La impericia del Gobierno en el manejo del conflicto ha erosionado gravemente su capital político. A partir de ahora, nada será como antes. Me parece bien que la cuestión vaya al Congreso nacional, pero es una decisión tardía, porque si hubiera ido en un primer momento nos hubiéramos evitado muchas dificultades. Lo que espero del congreso es que debata la cuestión profundamente y que los ingresos de las retenciones se compartan con las provincias y la Ciudad de Buenos Aires".

Víctor Santa María (secretario general del Suterh – autoridad del PJ Capital): "Con las últimas demostraciones el peronismo mostró su fuerte voluntad democrática y pluralista. Sobre todo, con un tema que a pesar de tener todos los argumentos legales para hacerlo (como las retenciones), no negó una situación y llevó la propuesta al Congreso de la Nación. De ahora en adelante, el proyecto tiene que entrar en comisión para comenzar con su discusión. Una alternativa es la aprobación sin modificaciones, pero también cabe la posibilidad de que pueda ser modificable en caso de que un diputado o un grupo lo pidan y lleguen con el número. En estos 100 días se vio a ciertos sectores vinculados con la protesta que tienen un fuerte sentido antidemocrático, más allá del esfuerzo que está poniendo el Gobierno nacional para resolver las cosas. Una consecuencia política es que tenemos que entender que la sociedad en general -y, sobre todo, la porteña- está muy movilizada a partir de lo pasó en el 2001. Es la sociedad del SMS. Tenemos que resolver la forma de comunicarnos y explicar las ideas a esa sociedad".

Federico Pinedo (diputado nacional, presidente del Bloque PRO): "Rechazamos la hipótesis de no discutir. Eso es algo antidemocrático. En la ley dice que los ministros pueden modificar las cosas cuando se les ocurra, y nosotros vamos a trabajar en contra de eso. Por eso vamos a ver (si los K) tienen la mayoría, porque hay diputados que quieren representar al pueblo, y no a Kirchner. En la política lo que importa es la representación, y está claro que en la Ciudad de Buenos Aires la imagen del oficialismo nacional se destruyó. Ésa es la consecuencia que tiene la división, la confrontación y la falta de respeto por las instituciones".

Silvana Giudici (diputada nacional por la UCR): "Mi visión es muy crítica. Lo del envío del proyecto al Congreso para debatir las retenciones fue solo un discurso. Después salieron Alberto y Aníbal Fernández a decir que esto se va a aprobar a libro cerrado. Creen que porque tienen la mayoría y levantan la mano se licúa el conflicto. Si la Presidenta decidió que la alternativa es el Congreso debe permitir que allí se discuta. Es la única alternativa que les queda para sostener su credibilidad y el gobierno futuro. El kirchnerismo polariza y divide la sociedad. El discurso de la Plaza dividió mucho más. Demonizó a las cuatro entidades del campo y no contribuyó para nada".

María Eugenia Estenssoro (senadora nacional por la Coalición Cívica): "El acto del miércoles y el proyecto de ley enviado por el Gobierno nacional al Congreso, instando a ratificar a libro cerrado la resolución 125 que generó todo este conflicto político (la imagen positiva de la Presidenta ha caído al 20%), económico y social, lamentablemente están demostrando que el Gobierno sigue encerrado en sí mismo y no está siendo inteligente".

Diego Kravetz (legislador, presidente del bloque Frente para la Victoria): "Se descomprimió el conflicto. Sin haber cambiado su posición sobre las retenciones, el Gobierno encontró un canal donde seguir debatiendo en un ámbito institucional. En los últimos discursos se pudo explicar de una mejor manera lo que quiere el Gobierno". También se acordó de Macri: "Que hable de la problemática del campo siendo la cabeza de una gestión tan lastimosa es una falta de respeto a todos los vecinos. Tiene la mayor subejecución del distrito en los últimos 10 años, carencias en todas las áreas, gastos inexplicables y anuncios sin sustentos. Desde el bloque FPV le pedimos que guarde un respetuoso silencio y se ponga a trabajar, que para eso los vecinos le pagan el sueldo".

Oscar Moscariello (legislador, presidente del bloque PRO): "Enviar el proyecto de retenciones fue una decisión positiva, derivarlo al lugar donde se debería haber planteado en un principio. Toda discusión sobre economías regionales, el tema del interior, y del campo, se debaten en el Congreso. Ahí se hace más creíble el tema de la verdadera distribución del ingreso. Tengo la esperanza de que el Poder Legislativo recupere el ejercicio de sus facultades y que no se trasforme en una escribanía de decisión adoptada por otro poder. Hay muchos diputados dentro del espacio kirchnerista que se deben a un electorado y que están íntimamente vinculados a la producción. Espero que el debate se haga concientemente y que las cosas se resuelvan de la mejor manera".
Sobre la repercusión del conflicto en la Ciudad, Moscariello aseguró que la "preocupación del jefe de Gobierno (Mauricio Macri) sobre el tema es real". "Muchos de los proyectos de inversión quedaron en el letargo y hay mucha preocupación desde nuestro sector. Nosotros esperamos que las palabras de la presidenta sobre democracia más democracia, e instituciones más instituciones, se conviertan en una realidad concreta", agregó.

Facundo Di Filippo (legislador por la Coalición Cívica): "Lo que se vio es que la Presidenta tuvo que ceder y mandar el proyecto al Congreso por propia presión de la ciudadanía. Lo que mandaron está a libro cerrado, es decir, no permite la discusión y lo que se verá seguramente es un uso de la mayoría automática y del grupo de ‘levantamanos’. Por otro lado, en términos políticos, la Ciudad está parada. La toma de deuda que dispone la Ciudad para este año está parada por el conflicto, y el macrismo no cristaliza ideas en la Legislatura para buscar un diálogo serio, sino que prioriza su acuerdo legislativo con el kirchnerismo".

Vilma Ripoll (dirigente MST – Nueva Izquierda): "Es tramposo prometer ‘más democracia’, pero más enviar al Congreso el mismo decreto que causó este conflicto y encima con la orden de no modificar ni una coma. Llamamos al pueblo a presionar en todo el país para que se rechace el decreto 125, se reabra todo el debate y se establezcan retenciones diferenciadas. Si de verdad el gobierno quisiera cuidar la mesa de los argentinos, anularía el IVA a la canasta familiar y nacionalizaría el comercio exterior".

Para todos los gustos. Lo que está claro es que, con mayor o menor apego al discurso tradicional de sus procedencias, para todos, este momento es decisivo. Un periodista televisivo reflexionó jocosamente -días atrás- sobre las paradojas que deja este conflicto. Allí describió cierta "expectativa" progresista en que se liberen las rutas (se reprima, dicho en criollo) y un clamor contra la "judicialización de la protesta" de parte de sectores comúnmente reacios a la lucha callejera. Y sí.

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