El conflicto con el campo repercutió en la Ciudad de Buenos Aires

El conflicto con el campo repercutió en la Ciudad de Buenos Aires

Luego de la detención de Alfredo De Angeli -ya liberado- se escucharon cacerolas en los barrios más acomodados del distrito porteño. La oposición, por su parte, cargó contra la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Pasadas las 16, grupos de manifestantes pro ruralistas marcharon a Plaza de Mayo, mientras que Luis D' Elía y militantes K hicieron lo propio a las 18. El viernes último circulaban cadenas de mails convocando a un cacerolazo, antes de que se produjeran estos hechos. Esa misma tarde el humo invadía la Ciudad. En la noche de este sábado, Alberto y Aníbal Fernández dieron una conferencia de prensa. Néstor Kirchner, a su vez, fue a la Plaza de Mayo a calmar a los manifestantes.


Las esquinas de Santa Fe y Callao, Cabildo y Juramento reunieron este sábado a manifestantes que salieron, cacerola en mano, a protestar por la detención del ruralista Alfredo De Angeli y de otros 18 productores agropecuarios, cuando Gendarmería Nacional desalojó el piquete de la ruta 14, en Gualeguaychú, Entre Ríos. En Recoleta, Belgrano, Palermo y Caballito se sintió el sonar de algunas cacerolas. Mientras, en el interior, la protesta se tornó más seria: allí se multiplicaron los cortes de ruta. De Angeli fue posteriormente liberado.

En la Ciudad de Buenos Aires, la líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, exigió a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner que cese "en forma urgente" la "represión" en Entre Ríos y "termine con esta escalada de violencia para poder pacificar a la Nación".

El jefe de Gobierno, Mauricio Macri, prefirió, como viene haciendo en estos casos, guardar silencio. El PRO se manifestó por la voz de su primo, Jorge Macri, titular del partido en la Provincia de Buenos Aires. El dirigente consideró "que la violencia no es el camino y que el capricho de no rever las medidas del 11 de marzo (cuando se aplicó el sistema de retenciones móviles) está poniendo al país en una situación de tensión y violencia muy preocupante".

Pasadas las 16, grupos de manifestantes a favor del campo iban con banderas a la Plaza de Mayo, mientras el dirigente piquetero Luis D’ Elía, llamaba a defender al Gobierno nacional marchando a la misma plaza a las 18.

La Ciudad de Buenos Aires pareció repetir la historia que se vivió a fines de marzo. El último viernes, cadenas de mails llamaban a un cacerolazo masivo. Ocurría luego de que se conociera la orden judicial de despejar las rutas. Todo se repite. Vuelve el fantasma del desabastecimiento e incluso, regresó el humo por la quema de pastizales en el Delta y el litoral.

En la noche de este sábado, el jefe de Gabinete de la Nación, Alberto Fernández, acompañado por el ministro de Justicia, Aníbal Fernández, dio una conferencia de prensa en la que aseguró que "el diálogo es posible" y fustigó a los ruralistas porque, según aseguró, sólo dialogan si se cumplen sus condiciones.

"La peor violación a los derechos constitucionales es impedir la llegada de alimentos para la mesa de los argentinos, de insumos a las industrias y de combustibles. Esas sí son violaciones a la Constitución", dijo Alberto Fernández. Previamente, De Angeli había sostenido que las retenciones agropecuarias eran "inconstitucionales". El Gobierno, por su parte, las ratificó.

Aníbal Fernández, a su vez, señaló: "Se intimó por instrucción mía a que dejaran la ruta. Se los intimó tres veces. A la cuarta vez se procedió al traslado de los manifestantes, por orden de un juez federal".

Imprevistamente, el ex presidente Néstor Kirchner se acercó a la Plaza de Mayo, donde estaban sus seguidores cantando consignas contra los ruralistas. Según fuentes del Gobierno, buscaba, como presidente del PJ, llevar tranquilidad y evitar enfrentamientos.

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