El resquemor de los comerciantes a las tarjetas de crédito no sólo viene por un tema de control impositivo. Entre las comisiones y las diversas complicaciones tecnológicas, técnicas y burocráticas los comerciantes dejan de cobrar el 5% de lo que venden y encima pagan impuestos sobre eso.
Lo que en general no saben es que la solución está a un click de distancia. Porque lo que queda claro es que el control manual de las operaciones, junto con los reclamos, los cargos y contracargos de las 52 tarjetas de crédito que operan en el mercado es una tarea imposible.
Pasan los meses y el comerciante ve que en su cuenta falta plata. En ese momento es casi imposible resolver el problema que está oculto en una inexpugnable burocracia de papeles y papelitos.
La situación es compleja, porque cada empresa tiene una forma diferente de liquidar, de recibir reclamos, de cobrar las promociones. Y el eslabón más débil de la cadena es el comerciante, que es el que pierde y ni siquiera lo sabe.
Las grandes empresas de servicios cuentan con sistemas de control de cobro desde hace mucho tiempo, que en la actualidad están al alcance del comercio minorista.
*Es presidente de Wondersoft, empresa líder de software para administrar y controlar operaciones con tarjeta de crédito.