Es una reacción tardía e insuficiente del Gobierno Nacional frente a una tragedia que lo desbordó y que dejó en evidencia las graves falencias de su política ferroviaria, continuadora fiel de la implementada por el menemismo en los ´90.
Desde el oficialismo se sigue ganando tiempo y especulando con la posibilidad de salvar de responsabilidad a un grupo empresario, cuando la respuesta del Estado debería haber sido el retiro de la concesión.
La intervención hubiera tenido sentido frente a un accidente aislado, pero el desastre de TBA no empezó con el choque de Once y existen denuncias, informes de auditoría y otros antecedentes técnico-jurídicos que, desde hace muchos años, justifican la resolución del contrato a su favor.
*diputado nacional del FAP por la Ciudad de Buenos Aires.
En relación al anuncio de la intervención de la empresa TBA.