El mito, el relato y los resultados electorales

El mito, el relato y los resultados electorales


Muchas veces asistimos a la creación de imágenes y relatos que desaparecen de la opinión pública tan rápido como irrumpieron. Esos relatos, personajes e historias tienen especial impacto en las actividades populares: pasan por esa instancia las promesas futbolísticas que nunca explotan, las nuevas estrellas de los reality shows que parece que viven en la tele pero un mes después desaparecen, y los invulnerables liderazgos políticos que de buenas a primeras se vuelven vencibles.

De aquí al 14 de agosto será puesto en tela de juicio un relato y una imagen: Cristina ganadora en octubre y el mito del kirchnerismo invencible.

Hasta hace semanas los encuestadores oficialistas discutían para ver quién era el que le daba más ventaja a Cristina en la elección de octubre. Algunos, los más obsecuentes, hablaban de diferencias mayores a los 40 puntos porcentuales. Hoy, después de la primera estación adversa donde frena el tren electoral, muchos dicen que la segunda vuelta es posible. Y ojo, todavía falta la estación Santa Fe, la segunda vuelta en Capital, la parada en Córdoba y las primarias de agosto.

Hace semanas La Cámpora era una marea de militantes que se llevaban puesto al peronismo; hoy oficialistas y opositores se muestran sorprendidos por la elección de sus referentes en Capital. Cuando Santa Fe eligió en primarias, Agustín Rossi era imparable; hoy aparecen analistas que lo ubican tercero detrás de Del Sel y muy lejos del ganador Bonfatti. Un mes atrás, De la Sota devenido en candidato K de Córdoba ganaba por varios cuerpos a Juez y Aguad. Hoy, pasado no mucho tiempo, De la Sota no es más K y Aguad le pelea cabeza a cabeza la gobernación cordobesa.

Hasta el 14 de agosto, a través de elecciones locales, vamos a vivir una polarización de la elección nacional. De a poco y como un castillo de arena se irá desarmando el mito de un oficialismo ganador en primera vuelta, de un país identificado con el oficialismo y de la falta de alternativas.

En las primarias nos daremos cuenta, que hay una mayoría silenciosa no oficialista, y que lo que parecía ser un trámite definido en primera vuelta, será una elección de resultado incierto en segunda.

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