En plena campaña electoral por la Jefatura porteña, los candidatos mejor posicionados en los sondeos de opinión –en nombres propios: Mauricio Macri; el postulante kirchnerista que sea elegido por la Presidenta de la Nación, y el cineasta Pino Solanas– tienen un listado de los temas principales en que basan su plataforma proselitista. Ésta es la época en que vuelven al centro de la escena las cuestiones primordiales que aquejan a los vecinos. A las preocupaciones ciudadanas por la seguridad, la economía y el tránsito –las cuestiones que, según los encuestadores, más preocupan a los habitantes de la Capital Federal–, hay que sumarle un tema imprescindible, evitado por varios postulantes, y básico, que ayudaría a resolver los asuntos antes mencionados: la autonomía porteña, sobre la que se debe seguir avanzando. Porque por más que los candidatos tengan muy buenas intenciones y prometan soluciones idílicas, en el caso puntual de la seguridad y la Justicia locales, chocarán con la cruda realidad y otra vez volverán a empantanarse en respuestas a medias como lo hizo el macrismo con la Policía Metropolitana.
“Alguna vez un jefe porteño deberá ponerse los pantalones largos y plantarse frente a la Nación para exigir lo que le corresponde, y esto es la autonomía plena, porque todavía existen cuestiones cruciales conocidas por todos, a los que debería sumarse el tema del puerto, en donde la Ciudad sigue atada de pies y manos a la administración nacional y no puede decidir sobre algo que le es propio. La autonomía no es sólo votar cada cuatro años un intendente, eso es algo que no está instalado con fuerza en la agenda de campaña de los principales candidatos, y no está por la sencilla razón de que a los gobernantes locales les conviene victimizarse ante la sociedad en casos como el de la inseguridad y, de esa manera, se evitan pagar las consecuencias políticas. Y mientras en público reclaman la autonomía, en privado hacen todo lo posible para no obtenerla”, señaló ante Noticias Urbanas un experimentado operador partidario.
El PRO es el único que de a ratos se queja por el tema de la autonomía, pero tímidamente. Los macristas basarán su campaña en lo que hicieron y destacarán la creación de la Metropolitana, las obras en la vía pública y el crecimiento de las edificaciones en ciertos barrios porteños, reconociendo que todavía falta pero que las cuestiones por resolver son muy complejas. El kirchnerismo –y en esto coinciden los tres precandidatos, el senador Daniel Filmus, el ministro de Economía, Amado Boudou, y el ministro de Trabajo, Carlos Tomada– levantará la bandera de la gestión pública poniendo como ejemplo el modelo nacional y la presencia del Estado en las áreas cruciales del gobierno. Mientras, Fernando “Pino” Solanas, el líder de Proyecto Sur, hará hincapié en un mensaje de transparencia y ética que recupera ciertas banderas del progresismo típicamente porteño.
Como se ve, las ofertas son variadas y hay para todos los gustos. El problema de las promesas de campaña es cumplirlas, pero bueno, siempre habrá una excusa, una vez en el gobierno, para justificar que la situación es peor a la esperada y que la resolución de los temas que más urgen a los porteños deberá seguir esperando cuatro años más.