Macri, ¿un chivo expiatorio?

Macri, ¿un chivo expiatorio?

"Esta semana, Mauricio Macri eligió una vez más erigirse en la víctima propiciatoria del Gobierno nacional, que según sus palabras, está tratando de 'fundir a la Ciudad de Buenos Aires'”.


Esta semana, Mauricio Macri eligió una vez más erigirse en la víctima propiciatoria del Gobierno nacional, que según sus palabras, está tratando de “fundir a la Ciudad de Buenos Aires”.

El Jefe de Gobierno porteño acusó a Cristina Fernández de Kirchner de “intentar someternos” y le reprochó que hace más de nueve años que no hay una obra pública en el distrito. “Esto incluye a los gobiernos de Ibarra, Telerman y el nuestro. Queda claro que la presidenta Cristina Fernández quiere fundir a la Ciudad de Buenos Aires”, reiteró a continuación.
Enseguida, Macri anunció que su administración encaró “fuertes programas de inversión” para reducir la cantidad de basura que se entierra en el conurbano, agregando que su gobierno está trabajando en el tema “por primera vez en 30 años”.

En cuanto al objetivo de disminuir los envíos de la Ciudad a los Centros de Disposición Final, el Jefe de Gobierno porteño anunció: “Redujimos un 5 por ciento en el primer trimestre mientras que la provincia aumentó 9 por ciento”.

La semana última, la Presidenta de la Nación reclamó que la Ciudad pague más por el enterramiento de los residuos, tras lo cual la Coordinadora Ecológica Área Metropolitana Sociedad del Estado (Ceamse) procedió a aumentar la tarifa en un 30 por ciento al Gobierno porteño. Este abona 50 dólares la tonelada por ese concepto, una cifra que hay que multiplicar por las 6.000 toneladas que envía diariamente. Por estas pagará de ahora en más 67,5 dólares por cada 1.000 kilos.
En realidad, el conflicto que tanto la Presidenta de la Nación como el Jefe de Gobierno porteño pusieron sobre el tapete en estos días es de antigua data y provocó ya varias batallas, como la que provocó Felipe Solá cuando era gobernador de la provincia de Buenos Aires y anunció el fin de la Ceamse. O cuando el Gobierno provincial le reclamó a Aníbal Ibarra por una deuda de 100 millones de pesos –que este nunca pagó– motivada a su vez por otro conflicto durante el cual la Ciudad dejó de pagar a la Ceamse. Incluso, el presidente del organismo, que tiene un directorio de tres miembros, es designado actualmente por el gobernador bonaerense a partir de este conflicto, porque antes el número uno lo designaba la administración porteña, que ahora solo designa al vicepresidente, en tanto que el tercer director también es nombrado por la provincia.

¿Basura Cero?

El 24 de noviembre de 2005, la Legislatura porteña sancionó la Ley de Gestión Integral de Residuos, que llevó el número 1.854 y que luego fue más conocida como Ley de Basura Cero. Esta norma propuso como objetivo reducir la disposición final de los residuos porteños de 1.497.646 toneladas enterradas en 2004 a 1.048.359 en 2010; 748.828 en 2012 y 374.414 en 2017. Para el año 2020 estaría prohibido enviar a los Centros de Disposición Final ni un solo kilo de basura que no fuera orgánica.

Cuando Mauricio Macri asumió, el 10 de diciembre de 2007, designó a Juan Pablo Piccardo como ministro de Medio Ambiente y Espacio Público, quien decretó que la Ley Basura Cero era “una estupidez”. Su política de residuos favoreció a las empresas recolectoras, aumentando el volumen hasta niveles dramáticos. En 2008, el primer año de Piccardo, hubo un aumento del 14,3 por ciento de basura destinada a los rellenos sanitarios. De 1.645.368 toneladas enviadas a la Ceamse en 2007, se llegó a las 1.844.018 toneladas en 2008.

En 2009, la cifra se mantuvo casi estable, llegando a 1.847.748 toneladas, pero en 2010 se llegó a las 2.110.122 millones de toneladas, el guarismo mayor desde el año 2000.
Desde la partida de Piccardo con rumbo a Subterráneos de Buenos Aires, el ministro Diego Santilli intentó revertir los desaguisados de su antecesor, volviendo a instalar contenedores y gestionando la planta de procesamiento que, instalada en la Ceamse, separará unas 1.800 toneladas por día.

Si bien estas políticas son correctas, el Gobierno porteño tardó demasiado en implementarlas. El jueves último, la presidenta planteó en público el problema que todos los intendentes del conurbano manifiestan cotidianamente en sus excursiones a la Gobernación bonaerense y a la Casa Rosada.

Si la administración Macri no encara la política de las tres erres: reciclar, reducir y reutilizar, los problemas ambientales de los rellenos sanitarios tenderá a agravarse definitivamente, porque no se debe olvidar que el 40 por ciento de lo que se entierra se genera en la Ciudad de Buenos Aires.

Es realmente difícil definir si Mauricio Macri es de verdad una víctima de los supuestamente malvados habitantes de la Casa Rosada. Por otra parte, se sabe que la Ciudad no goza del mejor sistema de reparto de la coparticipación federal, aunque este tema sobrevoló el intercambio de acusaciones entre el Jefe de Gobierno y la Presidenta y está siempre presente en los reclamos de los porteños.

De todos modos, gobernar significa hacerse cargo y también está bien.

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