Aquellos agitados días de junio de 2010 quedaron en el pasado: la cuerda de la relación diplomática con Uruguay estaba en su pico máximo de tensión por el conflicto desatado por la pastera Botnia, y las relaciones con China, hoy convertida en el segundo socio comercial de Argentina y en la gallina de los huevos de oro en materia económica a nivel mundial, todavía no eran aceitadas. En aquel momento, Jorge Taiana, decidió presentar su renuncia como Ministro de Relaciones Internacionales.
Aunque el empujón final, aseguran algunos funcionarios de Casa Rosada, se lo dio la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien llegó a revolearle el incómodo mote de “desleal”; a él, que acredita carrera dentro del peronismo, militancia. Ahí llegó el portazo y una reclusión académica que rompió hace algunas semanas, cuando decidió ponerse al frente de la cruzada del Movimiento Evita en la Ciudad de Buenos Aires. “Los que apoyamos el proyecto nacional y popular tenemos que saber explicarlo, y saber persuadir a aquellos que no piensan de la misma manera”, aseguró, sin resquemores, en la inauguración de la Mesa Política de la corriente que encabeza Emilio Pérsico.
En paralelo, Taiana dirige el Centro Internacional de Estudios Políticos (Ciep) de la Universidad Nacional de San Martín (Unsam) que, al cierre de esta edición, realizaba un congreso sobre los desafíos que enfrenta el Sistema Interamericano de Derechos Humanos, con la participación del presidente del Cels, Horacio Verbitsky, y otros especialistas. “En la región hay muchos lugares donde los habitantes no gozan de todos los derechos”, asegura, en diálogo con Noticias Urbanas.
–¿Por qué la batalla hay que darla en la Ciudad?
–Participo en el Movimiento Evita desde hace más de dos años y considero que es uno de los sectores más dinámicos que se han creado a partir del 2003 en apoyo a este proceso de cambio en la Argentina. La Capital es un distrito que no es mayoritariamente favorable a nosotros, por eso tenemos que multiplicar los esfuerzos para transformarnos en mayoría, es un esfuerzo que tenemos que hacer. Apostamos a tener una presencia más activa y más fuerte porque es una caja de resonancia tradicional y porque en la Ciudad no gobierna el peronismo ni el proyecto nacional y popular: gobierna el atraso, la reacción y el privilegio, y nosotros queremos cambiar eso.
–Les cuesta tanto hacer pie, digo, al peronismo…
–Hay una realidad que es la característica socioeconómica de la Ciudad: un ingreso per cápita propio de una ciudad desarrollada, que no refleja la realidad del país y ni siquiera la del Gran Buenos Aires. Muchas de las personas que viven en ella tienen una visión de su vida y de donde viven; además de que la Ciudad es sede de muchas empresas y de muchos sectores ligados a la actividad financiera. Sin embargo, tiene también un sector de la población que es vulnerable y que a pesar de esos altos ingresos no se le dio la respuesta adecuada.
–Pero el peronismo, en los últimos años, no supo encontrarle la vuelta, por deficiencias propias o virtudes ajenas…
–Más que un problema tenemos un desafío. Podemos contar que partimos de una base de un tercio que apostó por el gobierno de Cristina Kirchner; tenemos que ampliar esa base y persuadir a la población para la consolidación de este proceso que está en marcha. Si los porteños recordaran cómo se vivía en la Ciudad en el 2001 y como lo hacen ahora, se darán cuenta de que hemos mejorado mucho. Hacer comprender esto tiene que ser resultado del esfuerzo de todos…
–¿Cuál es tu análisis de la gestión de Mauricio Macri?
–Es una gestión que no ha dejado un balance positivo. Es una Ciudad con muchos recursos, pero la calidad de vida y los servicios que reciben los porteños es baja. No se ve una preparación de la Ciudad para el futuro.
–La movilización del 8N y el paro de Moyano y Micheli, ambos en oposición al Gobierno nacional, ¿marcan algún cambio a nivel político?
–Son dos cosas distintas. El paro tiene un sentido de reivindicación de algunas de las consignas que plantea toda la clase trabajadora, pero la diferencia es que la mayoría eligió no parar, solo lo hicieron los opositores. Por otro lado, lo que se vio fue una movilización de distintos sectores donde se combinaron diversos reclamos, con un fuerte núcleo antiperonista, y que reflejó también la actividad de los medios concentrados enfrentados con el Gobierno y la orfandad de los dirigentes de la oposición, que no tienen propuestas ni idea de país.
–Uno de los reclamos del 8N fue contra la re-reelección de Cristina Fernández de Kirchner. De Vido, Kunkel, Depetris, entre otros, se pronunciaron a favor, ¿y usted?
–Me parece que no es un tema para tratar en este momento. Creo que la oposición nos quiere plantar ese debate ahora y para mí lo central es lo que dijo Cristina en Huracán el año pasado, cuando planteó que un cambio es sólido cuando es tomado como propio por la sociedad. Por eso me parece que lo que tenemos que hacer es trabajar para que la sociedad asuma los cambios y los progresos que logramos en estos años como propios.
–¿Qué visión tienen los organismos internacionales de la Argentina?
–En el ámbito multilateral, la Argentina ejerce un claro liderazgo en la política de Derechos Humanos que llevó adelante el gobierno desde el 2003, que se apoya en los tres pilares fundamentales, que son la verdad, la memoria y la justicia. Como ex secretario General de la Cidh puedo decirte que nuestro país es reconocido mundialmente en esta materia. Ha realizado en los últimos años importantes contribuciones como, por ejemplo, impulsar la Convención contra la Desaparición Forzada de Personas en Naciones Unidas.
En este momento de crisis económica mundial, muchos miran con atención a la Argentina e incluso sugieren, como hacen Paul Krugman y Stiglitz –dos premios Nobel de Economía–, tomar algunos elementos de nuestra experiencia (también traumática) y las políticas heterodoxas que permitieron salir de la peor crisis económica y social de nuestra historia.
A nivel regional, Argentina, junto a Brasil, han impulsado en estos últimos años la consolidación del Mercosur, la creación de la Unasur, que tuvo a Néstor (Kirchner) como su primer Secretario General, como reconocimiento por su rol activo en la política de integración regional y el compromiso con el proceso de paz entre nuestros países hermanos, como lo demostró su mediación entre Venezuela y Colombia.
–¿Que opina sobre la gestión de Timerman como canciller?
–No corresponde a un excanciller juzgar a otro.
Taiana y el 7D
“Esperamos que desde entonces haya plena vigencia de la ley de servicios audiovisuales, no en contra de nadie, sino a favor de la democratización de la información en la Argentina. En los últimos años creció la concentración de la información y de los medios, y eso da poder a quienes la manejan. La ley viene a terminar con eso y a permitir que otras voces se expresen. Por eso vamos a apoyar la plena aplicación de esta ley”.