El jefe de Gabinete de la Ciudad, Horacio Rodríguez Larreta, lo dejó trascender apenas pocas horas después del anuncio formal del jefe de gobierno Mauricio Macri de aceptar finalmente el traspaso del subte. Estatizar es una opción, la de máxima, pero que también está entre las alternativas que maneja la administración del PRO para “rescatar” un medio de transporte que está al borde del colapso.
El freno a las negociaciones lo puso Macri aterrado por las consecuencias políticas que un accidente de la magnitud de la tragedia de Once tendría para su carrera política. Eso no cambió, los subtes están cada vez peor -tanto en calidad como cantidad de servicios- pero el Ejecutivo de la Ciudad decidió avanzar igual. Fue, el anuncio, a menos de una semana de que terminaran de sonar las cacerolas contra el kirchnerismo, pero también contra la oposición.
El “rojo” -en términos presupuestarios- que hay que enfrentar, según reconocen voceros de todos los sectores internos de la administración PRO, es de unos 1000 millones de pesos. Ese número, no obstante, podría registrar un aumento considerable, de acuerdo a cómo se terminen de negociar las paritarias que, por ahora, están en el freezer.
De todos modos, en el gobierno de la Ciudad, habida cuenta de que necesitará pasar el “filtro” institucional de la Legislatura, analizan diversas opciones, que no excluye sacarle de una vez, la concesión a Aldo Roggio, un empresario que tiene contactos y contratos de obras en la administración de Mauricio Macri y con la de Cristina Kirchner.
En limpio, lo que se analiza es establecer un cargo fijo de entre 20 y 30 centavos por litro de nafta vendida en la ciudad (una medida que tiene Córdoba y que, después, puede ser mencionada como “excusa” por Daniel Scioli para aplicarla también en la Provincia, a fin de aliviar el exangüe erario bonaerense). Aplicar otro cargo en el peaje de las autopistas porteñas, que están actualmente bajo control de la estatal AUSA. El importe, según reconocen en Bolívar 1, estaría en torno a 1 peso: “Más es inviable, porque el peaje en la 25 de Mayo se iría a más de 10 pesos y eso no va a caer muy bien”, admiten. Y por último, hacer una reasignación de partidas, a fin de superar el primer impacto en las finanzas de la ciudad del cargo del subte.
Fuera de discusión está el aumento de la tarifa. No es el qué, sino el cómo lo que está en discusión. Si bien todas son dudas, la única certeza es que, en principio, el aumento se desdoblaría y elevaría el costo del pasaje a un máximo de 3,90 pesos. “Como con el peaje, hay un límite y somos concientes que no lo podemos pasar, al menos, en 2013”, admiten.
Finalmente, las fuentes consultadas en la Comuna admiten que “la carta del subte va a tener un costo político innegable, pero se puede transformar en un activo que Macri podrá mostrar para las elecciones como la contracara del kirchnerismo, que despilfarra recursos en subsidios mal administrados”.