Un dato objetivo que surge de las encuestas hechas públicas en la última semana por diferentes consultoras de opinión, es que los candidatos a senadores de las tres primeras fuerzas estarían entre un 3 y un 6 por ciento por encima de las listas que llevan colgadas a diputados. Es decir que tanto Rodolfo Terragno (Alianza), Alfredo Bravo (ARI) y Gustavo Béliz(Frente Nuevo País)- en ese orden están ubicados, aunque Bravo es el único que viene ascendiendo impulsado por Elisa Carió-, estarían superando a María América González, Héctor Polino e Irma Roy respectivamente.
Obviamente hay quiénes se benefician de esta fuga y a priori son Patricia Walsh de Izquierda Unida y Daniel Scioli de Unión por Buenos Aires quiénes mas lo capitalizan de manera inversa, los dos rondando el 7% de los votos casi duplican la cabeza a senador de la boleta.
En el segmento otros, que corresponde a aquéllas fuerzas que registran intención de voto por debajo del 1,5%, quién entra en este esquema es el ex-diputado trotskista, Luis Zamora, que como diputado supera en un 50% los votos de Norman Briski, su compañero a senador.
Los analistas coinciden que en una campaña atípica, marcada por el desinterés plasmado en un alto índice del voto en blanco o anulado -que piensan disminuirá con el correr de los días-, la fragmentación del voto tiene directa relación con la poca identificación que tienen los votantes de los partidos tradicionales con las ofertas que hay en esta ocasión y más que nada votarán por las personas (muchos dicen al menos malo) y por el nivel de credibilidad que tengan de ellas.
Hasta ahora, con un nivel de indecisos alrededor del 15% , ningún candidato a diputado llega a sobrepasar el 20 % de los votos. América González y Polino pelearán de no pasar nada extraño, palmo a palmo el primer lugar mientras que hay que aguardar a ver si se detiene la caída de Roy, que de los primeros lugares hace un mes, descendió a un 11% que la sitúa más cerca de Scioli y de Walsh que vienen creciendo poco pero de manera sostenida.
La izquierda cometió el mismo error que en las últimas elecciones porteñas para jefe de Gobierno, en las cuales , de haber ido juntos hubieran logrado un resultado histórico por encima del 10%, escenario que se vuelve a repetir ahora incluso con mejores pespectivas.