Se viene una nueva edición del Festival Destravarte. Esta es una iniciativa de hace cinco años, gracias al Konex, que me ofreció hacer un ciclo de artistas donde estos hacían lo que querían. Era un ciclo de verano. Me acuerdo de que me tocó la tercera fecha y decidí trabajar, además de la improvisación, la estética del travestismo. Hacer de eso una información al público porque me daba cuenta de que a la gente le daba todo igual. Ese fue el germen, el embrión del festival. Esa experiencia fue muy buena y ahí surgió la idea de hacer un festival con más artistas, ampliándolo a las artes plásticas, el video, el cine, la poesía, la literatura. En esta cuarta edición, incorporamos drag queens. Se suman un montón de artistas plásticos que no son de condición trans pero que van a tratar el tema. Todo con la curaduría del área plástica de Jackie Miasnik. También va a haber una murga y un desfile por “Miss Destravarte”, recitales de Susy Shock y Karen Bennett, la poesía de Klaudia con K y La familia Ingalls, de María Laura Alemán.
La búsqueda de lugares fue difícil pero también fácil porque fui a sitios donde me iban a decir que sí por mi relación con los dueños, o como Caras y Caretas, por la militancia del mismo ciclo. Hubo otros donde no me cerraron la puerta pero desconfiaron u olieron miedo, como el Bauen. Estuvimos en Casa Brandon el año pasado pero me gusta más aportar en lugares que no sean del gueto y donde no siempre se escuche la misma música. Desde temprana edad, el gueto fue lo que me enseñaron. El gueto de Varsovia, donde moría gente. Eso me asustaba. Entonces, cuando empecé a sentir lo que sentía, tenía que ir al gueto porque no quedaba otra. Pero después dije: “No, no me gusta. No quiero estar todos los días en el mismo lugar con la misma gente”. Vi a artistas muy buenos que no podían estar en otro teatro haciendo su arte. ¿Es solo para un gay lo que hace? No. Quiero trabajar para el público en general, no para un sector. Soy parte de la sociedad. Estarán los que no me aceptarán nunca, pero no importa. Si después me critican por prejuicio, será problema de esa persona. Si no le gusta mi labor como artista, ahí debatiremos qué tendré que mejorar para convencerlo.
Impasse 1: La coqueta confitería Las Violetas nos espera para la nota con Mosquito. Llega de muy buen humor y dispuesto a hablar de todo.
Hubo una explosión con la impro, como una “moda”. Tuve una crisis por la aparición de mucho chanta y ese mundillo que se armó. Eso perjudicó a los que venimos laburando desde hace muchísimo tiempo pero que sabemos lo que es la improvisación; que trabajamos en un escenario y podemos construir a partir de la impro, llámese “match de improvisación” o “profesor pindonga”. Hay muchos pelotudos que hacen un taller de tres meses, dicen “esto es fácil” y arman sus equipitos de improvisadores. Entonces hay que marcar una diferencia. Ojo, esto no es discriminar. Ubicate. Podés seguir construyendo, pero cuidado, tenés la obligación de construir algo que valga la pena y esté bien construido. No me imites ni seas el clon del clon. Construí algo nuevo, renová, innová. Hacé algo con esto y sé respetuoso de los que venimos laburando. Pero me parece que hay una falta de respeto completa que inunda a la sociedad, que tiene que ver con gente que se queda sin elementos. Queda todo en carne viva y hay necios que, cuando quedan al descubierto –conservadores, además– no entienden que los cambios se pueden producir. No los asimilan, no pueden asimilarlos. No les da. Su propia personalidad y (des) conocimiento de la vida les impide aceptarlos. No pueden. Están paralizados. Esto es un problema para ellos. Lo mejor de la vida es poder escuchar al otro, aceptarlo en su esencia y saber que se puede construir juntos. No estoy enfrentado a nadie. Solo digo lo que pienso y considero que debería ser más justo. Adecuarse y acomodarse a la circunstancias. Por un lado me gusta lo que está sucediendo, y por otro, me parece irritante y violento. Cuando uno lee que las personas solo agreden… ¡pobres tipos! Parece que tienen un alto complejo de inferioridad. Cuando ven a otros que estamos seguros de quiénes somos y lo que hacemos, les da miedo.
Impasse 2: La política no podía estar ausente en la charla. Las cuestiones de igualdad de género son importantes, y Mosquito descarga su verba contra todos, con pasión.
La política te roza todo el tiempo, te atraviesa. No podés ser indiferente a la política. De esa manera se ganan derechos y se avanza. Se despiertan mentes. Hay una generación a la que mataron, a otros los lobotomizaron. La ignorancia trae prejuicio y no lo digo por el tema de la pobreza, porque los ricos son bastante ignorantes. Doblemente ignorantes porque tienen la gestión del poder económico y no se preocupan por nada. Ahora estamos en el plano de revertir todo eso. Con medidas como la igualdad de género y el matrimonio igualitario, estoy feliz de vivir este presente, más allá de este gobierno, porque se pudo hacer, pero también hubo una iniciativa de hacer.
Cuando hice Argentina improvisada hubo mucha historia y descubrimos a monstruos como Sarmiento o Roca. Me sorprendió Sarmiento, para mal. Ignoraba lo discriminador que era. Todo lo bueno que hizo en educación después lo hacía mal en contra de los gauchos y los pueblos originarios. Hoy diría “estos negros de mierda que se mantienen con subsidios”. Roca era un asesino serial. Me rebelo contra esto. Lo que hicieron los españoles en América no tiene nombre. Que nos hayan enseñado a respetar desde Colón para abajo, que ellos eran los buenos y traían la civilización, que acá había salvajismo… Después, descubrís todo lo que han asesinado, saqueado, mentido, violado. La Iglesia y España no tienen perdón.
El periodista Gustavo Pecoraro posteó en Facebook lo que pensaba del bautismo de los mellizos de Florencia de la V. Él se enojó y yo me adherí a lo que decía. Basta de aguantar y no decir las cosas. Que tenga hijos está bien. Está en todo su derecho. Ahora, que los bautices en una iglesia que sabés que odia a las travestis, que si pudiese las mandaría a una isla (como dijo Quarracino), que nunca apoyó leyes por la inclusión y la igualdad, me parece nefasto. Derrapó. Se convirtió en una Mirtha Legrand y se olvidó que es una travesti. Hay gente que teme sumarse a mi enojo. La cobardía del “no te metas” sigue todavía. El individualismo de la sociedad es terrible. Hay gente solidaria, pero tenés los solidarios que si tienen que dar un colchón te dan uno en buenas condiciones y están los que “donan” uno que está roto, cagado y meado.
Mi primera directora fue Inda Ledesma. Era niño mendigo en una obra de Dostoievski. Fue mi debut, en 1979. Yo no sabía quién era ni nada. Mi papá era amigo del hermano de ella y me dijo: “Llamala y ofrecete”. A ella le encantó ese caradurismo y me dijo “Venite con ropa cómoda al Margarita Xirgu”. Terminé de hacer la prueba, vino, me abrazó y me dijo “Me convenciste”. Es un ser al que le debo mucho. A ella, a Norman Briski, Ciro Cappellari, que me dio dos oportunidades magistrales en dos películas muy lindas. E Isabel Sarli. Trabajé con ella en La dama regresa. ¡Lo que luché por estar en esa película! Ella iba cuando había filmación y había averiguado quién era. Un día, voy a buscar donde estaban mis cosas. Abre la puerta la secretaria de la señora y me dice que se estaba cambiando. De repente, ella escucha y pregunta “¿Quién es?, ¿Mosquito? Decile que pase”. Le pedí disculpas y me dice: “No querido. ¿Ya terminaste de trabajar? Tenés que irte a tu casa. Cambiate tranquilo. Ya terminó tu jornada de trabajo, yo puedo esperar”. Una lección de humildad y de buena compañera. Entraba en el set de filmación y saludaba a todo el mundo. Comíamos y nos daba las porciones más grandes a Jorge Polaco y a mí. “Tienen que alimentarse más porque son muy flaquitos.” Es una mujer fantástica. Así como cuando se enoja, también es fantástica porque te da terror, por lo que grita y las cosas que arroja. Es una diva. Nadie lo puede negar. Es un gran ser humano. o