Después de una reunión entre representantes de la Subsecretaría de Trabajo del Gobierno porteño, a cargo de Ezequiel Sabor, metrodelegados y miembros de la empresa Metrovías, llegaron a un acuerdo y cesó la amenaza de paro en el servicio. Se firmaron tres “manifestaciones” y hubo conformidad de todas las partes.
Los dos motivos de conflicto habían sido el acta que rubricó la Unión Tranviarios Automotor (UTA) con la concesionaria del servicio la semana pasada y el paro en agosto, que se preveía, iba a ser descontado.
Respecto al primer punto, establecía que cada trabajador realizaría la contribución del uno por ciento del salario al sindicato. Metrovías propuso hacerse cargo de los más de 20 millones de pesos anuales que significarían en total ese uno por ciento de los afiliados y así la UTA contará con el dinero para “formación”.
El otro punto de ficción entre Metrovías y los metrodelegados fue con respecto a los días de paro en agosto. Con la fórmula de un recálculo de las liquidaciones de la paritaria del 23 por ciento firmada en mayo, los empleados tendrán una cuarta cuota en abril que se agrega a las ya previstas para enero, febrero y marzo.
“Hasta marzo nos podemos quedar tranquilos”, afirmó Néstor Segovia, el bonachón de la línea C, y Enrique Rosito, vocero de los metrodelegados, sintió una victoria explicando que “la Ciudad se dio cuenta de que no pueden firmar algo sin nosotros”.
Ahora habrá que seguir de cerca las finanzas de Metrovías y el debate en la Legislatura, ya que el 13 de diciembre es la fecha elegida para debatir en el recinto el proyecto de traspaso del subte de la Nación a la Ciudad.