“La decisión del gobierno de sancionar la Ley de Medios ayuda a lograr la democratización de la información hoy en manos de los monopolios informativos como el Grupo Clarín y otras corporaciones, que concentran la información”.
“Esta Ley la he apoyado y apoyo públicamente, porque es un logro de gran importancia en bien del pueblo argentino. Es una decisión que todos debieran apoyar, más allá de las diferencias que puedan o no tener con el gobierno nacional”.
“Una cosa son los opositores a todo lo que hace el gobierno, que no aceptan nada de los avances sociales, culturales, políticos y económicos y buscan deteriorarlo de cualquier forma y desestabilizarlo. Y otra son los sectores que consideran necesario apoyar los avances y logros del gobierno desde una posición crítica, que ayude al fortalecimiento de la democracia y a la vigencia de los derechos humanos desde su integridad y lo hacen desde una posición independiente”.
“La responsabilidad no es sólo del gobierno nacional, varios gobiernos provinciales asumen políticas contrarias al pueblo, adoptan posiciones más acordes con el feudalismo y autoritarismo que con la democracia, reprimiendo los reclamos sociales y violando los derechos humanos y derechos del pueblo”.
“He señalado que los tiempos del Poder Judicial son distintos a los tiempos del Poder Ejecutivo y sus urgencias, y que deben respetarse la independencia de los poderes nacionales incluido el Poder Legislativo que sancionó la Ley expresando la Voluntad del Pueblo”.
“Si un juez no actúa con equidad y está sometido a corporaciones judiciales contrarias al Derecho, existen los instrumentos legales como el Consejo de la Magistratura para investigar y sancionarlos por no cumplir con sus funciones”.
“Esperamos que la Ley de Medios permita la diversidad informativa que nuestro país necesita, en especial la de los sectores sociales más desprotegidos. Y que los pueblos puedan expresarse con voz propia y no se generen otros monopolios informativos”.
“La gran riqueza de los pueblos es la diversidad y nunca la uniformidad que lleva al monocultivo de las mentes”.
Adolfo Pérez Esquivel
Premio Nobel de la Paz