Los manifestantes que protagonizaron los incidentes se identificaban con carteles del Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS), un sector disidente de la CTA, Federación Universitaria de Buenos Aires, diversos centros de estudiantes, el Movimiento Socialista de Trabajadores (MTS), Libres del Sur y el Movimiento 29 de mayo, entre otros.
Los hechos violentos comenzaron cuando los manifestantes derribaron la vallas que protegían el edificio donde tiene su sede la representación del gobierno tucumano en la Capital Federal, y comenzaron a arrojar piedras a los efectivos que debieron refugiarse en el interior del inmueble, sito en Suipacha 140.
Tras varios minutos en los que las piedras de los manifestantes destrozaron el frente de la Casa de la Provincia de Tucumán e impactaron en periodistas que cubrían la marcha, los efectivos avanzaron hacia la calle para dispersar a los revoltosos.
Los policías detuvieron a varias personas pero luego se replegaron y los manifestantes volvieron a arrojar piedras al frente de la Casa de la provincia de Tucumán, donde tomaron contenedores de basura e intentaron prender fuego en el frente del edificio.
Los empleados de la Casa de Tucumán, se retiraron a los pisos superiores y cortaron totalmente la electricidad, mientras se arrojaba agua para apagar el incipiente fuego que había en los contenedores.