"Si tuviese que calificar la gestión de Aníbal Ibarra en la Ciudad de Buenos Aires de uno a diez, le podría un cuatro. Porque me parece que no hubo Estado, que no hubo jefe de Gobierno. Es una gestión acéfala. Nadie se hizo cargo de los verdaderos problemas que tiene la Ciudad", señaló la primera candidata a legisladora porteña por el Frente Compromiso para el Cambio, Gabriela Michetti.
Michetti es licenciada en Relaciones Internacionales con una maestría en Integración Regional y trabaja desde hace años en cargos técnicos en la gestión pública, en temas relacionados a controversias internacionales. Por otra parte, hace unos años, sufrió un accidente y está en una silla de ruedas.
"Tengo vocación por la política. Cuando estudié mi carrera, me decidí por eso claramente porque tenía vocación por la política y porque me gusta mucho lo que se pueda hacer desde el Estado, laboralmente hablando. Y la verdad es que hace tiempo que venía sintiendo que tenemos que involucrarnos a fondo. Porque esa cosa de seguir quejándose y seguir siempre empantanados en preguntarse por qué las cosas se hacen mal, y por qué no salen como tienen que salir, y por qué no hay honestidad y transparencia", explicó la candidata.
Para Michetti "los que nos preparamos y tenemos vocación para esto no podemos seguir desde afuera criticando. Es difícil, porque uno siente que es una pelea complicada y te encontrás de golpe metida en códigos y en algunas cosas que las mirás medio con miedo".
Ante los comentarios acerca de que su invalidez fue el motivo de su ubicación en la lista que encabeza Mauricio Macri, Michetti dijo: "Tuve un accidente hace nueve años. No voy a decir que estoy contenta porque estoy en una silla de ruedas, pero me tomé el tema como una cosa más de estas que pasan en la vida. Yo me hago cargo de mi irresponsabilidad, ya que iba viajando a muchos kilómetros por hora en una ruta de ripioy sin cinturón de seguridad. Pero no trabajo de discapacitada".
La joven candidata reconoció que en primer momento "tenía prejuicios sobre Mauricio" porque "hay una imagen sobre él, que está medianamente instalada y que es negativa". "Lo que me pasó con él -añadió- fue que me sorprendí positivamente. Cuando empecé a colaborar en los equipos de la Fundación de Creer y crecer, lo empecé a conocer y me encontré con que ahí había gente que pensaba más o menos como yo, que tenía experiencias de vida muy parecidas a las mías, gente muy sana con ganas de hacer las cosas bien y en serio".