“Winner murió por el excesivo calor. Las altas temperaturas fueron determinantes aunque no se descarta que la pirotecnia le haya provocado un cuadro de nerviosismo”, señaló el funcionario.
El oso, último ejemplar de su tipo en el parque porteño, fue hallado sin vida durante las primeras horas de ayer, 25 de diciembre.
“Cuando llegaron los especialistas, el oso ya estaba sin vida”, dijo Rivolta, y aclaró “que no se le administraron sedantes, previendo los efectos que produce la pirotecnia a los animales, porque está contraindicado”.
Según el informe del funcionario “un animal dormido con calor tiene más probabilidades de morir porque no puede termorregularse mediante el jadeo o el acceso a una fuente de agua”.
El Zoo porteño ha tenido osos polares durante muchos años. Originalmente, estaban en la vieja osera con una pileta de 2,5 metros de diámetro que apenas permitía que el oso se bañara.
“Con el tiempo, fueron mejorando las condiciones de alojamiento y en 1993 se inauguró el actual recinto con una pileta de 145.000 litros, una paridera y tres bretes internos”, informó el zoo porteño.
“En un zoológico se convive con la vida y con la muerte y lamentablemente, hoy nos toca esto último”, expresaron las autoridades del zoo, a través de su cuenta de Facebook.