La renuncia de Mónica Nizardo al frente de la ONG “Salvemos al fútbol” es una pérdida importante y un batalla perdida frente a los violentos. Queda al descubierto la connivencia entre los barrabravas y la política.
Estos hechos de violencia se deben a la complicidad del Gobierno Nacional y de las autoridades de nuestro fútbol. La Presidente siempre minimizó la violencia del fútbol metiendo en la misma bolsa a los amantes del fútbol y a los delincuentes del fútbol.
Nos compete a todos como sociedad resolver este grave problema, pero demanda principalmente de los poderes públicos una firme voluntad política y un serio compromiso.
**NOTA: Maldonado es autor dos proyectos de ley que combaten a la violencia en el fútbol.