El ex jugador estadounidense llegó a la Argentina para, entre otras cosas, brindar una clínica de tenis a los chicos de la Vila 20 y luego hizo pareja con el jefe de Gobierno porteño para jugar unos “games”.
En medio del peloteo, un jugador contrario lanzó un artístico “globo” que cayó detrás del norteamericano, obligándolo a darse vuelta para ir a buscar la pelota. En ese momento, el mandatario porteño se lanzó heroicamente sobre la bola cual Federer de bolsillo, la impactó con un perfecto revés y, cuando parecía que la pareja estelar iba a anotar un tanto, la pelota se encontró inoportunamente con el rostro del ex número uno del mundo, que recibió un buen pelotazo y luego sólo atinó a sonreír, algo confundido.
Afortunadamente, Roddick consideró que no hubo mala intención por parte del esforzado jefe de Gobierno porteño y se tomó el raquetazo con humor, por lo que los marines no llegarán hasta la Argentina para desinflamar el orgullo herido de su compatriota.
Finalmente hubo fotos, sonrisas, bromas y, seguramente, un poco de hielo en la cara del norteamericano.