La sesión de este jueves 10 de octubre en la Legislatura porteña tuvo una génesis muy complicada. Los temas que no les hacen fácil la vida a los legisladores porteños son variados.
En primer lugar, cuando el parlamento porteño aprobó -el 22 de agosto pasado- la Ley N° 871, que disponía la reducción de la jornada para los trabajadores de los subterráneos de ocho a seis horas, el jefe de Gobierno, Aníbal Ibarra, la vetó en la segunda semana de septiembre. En el orden del día de la sesión de hoy los diputados finalmente no insistieron con la anulación del veto de Ibarra porque no lograron reunir los 40 votos que necesitaban.
Hubieran votado a favor de la insistencia algunos peronistas, el ARI y FORJA 2001, mas ningún radical ni el Frente Grande. El miércoles, los diputados Miguel Doy y Enrique Rodríguez -integrantes de FORJA 2001- abandonaron la reunión de la Comisión de Labor Parlamentaria a los gritos cuando se enteraron de que los bloques de la UCR, del peronismo y del Frente Grande estaban reunidos en otro lugar, y se disponían a decidir su postura acerca de la Ley 871.
Fuentes del bloque peronista, mientras tanto, manifestaban en la mañana de este jueves que la postura favorable a la reducción horaria reuniría -hasta ese momento- 33 votos, siete por debajo de los necesarios para imponer el proyecto.
En las últimas horas del miércoles -para contribuir a enrarecer el clima, casi tan enrarecido como el que soportan en el túnel los trabajadores del subte- trascendió que algunos legisladores radicales estuvieron reunidos con Ibarra, que les pidió que hicieran todo lo necesario para que la Ley 871 sea de ahora en más sólo un triste recuerdo.
En la Comisión de Asuntos Constitucionales, los diputados que la conforman debieron extremar los trámites para lograr la emisión de un despacho. Como no lograron el quórum, debieron esperar media hora para comenzar a sesionar, tras lo cual sacaron un despacho favorable a la reducción horaria. Ése es el despacho que, finalmente no se votó este jueves.
Pero, no por ser el más importante, el problema de la Ley 871 es el único. Hubo dos temas importantes que fueron postergados: la modificación a la Ley de Geriátricos y la ley de creación del Instituto del Juego. De todos modos, también se votaría la expropiación de la fábrica Grissinópoli. Cuando eran casi las cinco de la tarde, los diputados se disponían a votar favorablemente esta última ley y era casi seguro que seguidamente la sesión caería, por lo que se declararía un cuarto intermedio hasta el jueves que viene.
De esta manera, ante la ausencia del bloque radical -que de esta manera cumplió el acuerdo que cerró ayer con Ibarra- y del bloque del Frente Grande, quedarían fuera de la agenda la reducción de la jornada laboral de los empleados de Metrovías y la reincorporación de los pasantes de Rentas. En el ínterin, la presidenta del bloque Justicialista, María Lucila "Pimpi" Colombo, le espetó al jefe de Gobierno que "le gusta sacarse fotos en Brasil con un candidato de origen obrero como ‘Lula’, pero vuelve a Buenos Aires y perjudica a los trabajadores argentinos". Éstos, miemtras tanto, decidieron un paro -mientras la sesión se desarrollaba-, que será seguido por paros sorpresivos en los próximos días.
Se encontraban presentes en el recinto los peronistas, lzquierda Unida, Partido Obrero, Piquete Socialista, Humanista, ARI, FORJA 2001, Bases y Puntos de Partida y el diputado más solitario del mundo en este día, Eduardo Peduto, del Frente Grande.