"No se gana para sustos. No hay día que pase sin que algo se venga a bajo", se pudo escuchar este jueves en los pasillos de la Legislatura porteña. Es que para desgracia de los responsables de administrar el Parlamento, se desplomó el techo del baño de caballeros del segundo piso, por suerte sin tener que lamentar ninguna víctima.
Ya había pasado lo mismo en la oficina donde funcionaba la Junta de Interpretación y Reglamento y en la oficina del bloque Recrear, que tuvieron que mudar al tercer piso. Sin contar, por supuesto, los despachos que se han inundado en los últimos meses y la calefacción que no funciona.
"Realmente se está notando la falta de mantenimiento y que algunas refacciones no se han realizado bien, aunque se hayan gastado millones en eso. Ante esta situación se presentó un proyecto para crear un fondo para efectuar los arreglos necesarios, para lo cual se van a necesitar cerca de seis millones de pesos", explicaron fuentes de la Legislatura.
Efectivamente, la refacción del edificio no salió barata y además, se detectaron una serie de irregularidades que todavía no han sido aclaradas. Por ejemplo, para la obra de refacción abrió una cuenta en el Banco Ciudad, en esa cuenta se registraron ingresos por 16 millones de pesos (dólares del momento) y egresos totales correspondientes a las obras por 14.419.996,13 pesos. Sin embargo el saldo de la cuenta al 31/12/2000 es de 1.064.506,56. Por lo tanto, existió una diferencia entre depósitos y gastos imputables a la obra de 515.447,31 pesos.