El legislador y presidente de Unión Por Todos, Juan Pablo Arenaza, se mostrará durante la nota con NU opositor al Gobierno nacional y crítico de la gestión macrista en la Ciudad. Pero señala: “La diferencia entre el kirchnerismo y el Pro es que cuando uno dice ‘esto está mal’, en el Pro hay voluntad de cambio, como ocurrió con la Ley de Subtes. En el kirchnerismo, por el contrario, si sos crítico te destruyen, sos enemigo de la patria y un traidor al modelo. En el macrismo eso no se ve”.
El intento de la oposición porteña de frenar el aumento de la tarifa del subte en una sesión especial el martes 5 es el primer tema de la charla, y Arenaza es contundente: “Fueron fuegos artificiales de algunos para opacar lo que va a ocurrir hoy (por el miércoles), que se va a poder ver algo nuevo en el subte (por la reapertura de la Línea A), y tendría que ser una fiesta para todos, porque los vagones los compró Nación, y en un país normal, con buena gente, como dicen los kirchneristas, la inauguración tendría que ser compartida”. Algo que, más allá de la disputa legislativa, finalmente ocurrió, con la presencia del ministro nacional Florencio Randazzo en el acto de reapertura de la línea.
–¿Le parece correcta una tarifa a $3,50?
–Me parece bien, a nadie le gusta que aumenten las cosas, pero hay algo que se llama inflación. Voy al supermercado y aumentan las cosas, el único congelamiento que se ve es en las heladeras. Lo que hay que hacer es un sistema integrado para la persona que toma varios medios de transporte, hay que subsidiar a quien se toma tren, colectivo y subte, porque el impacto en la tarifa es muy alto. La incidencia en el salario mínimo con 40 viajes por mes es del 5 por ciento con una tarifa a $3,50; en Brasil es del 17 por ciento y en Chile del 15.
–Otro polémico proyecto es el del Metrobus en la avenida 9 de Julio.
–El Metrobus va a sacar una gran cantidad de colectivos de distintos lugares del microcentro y va a concentrarlos en un solo lugar. Eso es una tendencia a nivel mundial. Sobre los árboles, hay tecnología para que aquellos que se sacan sean transplantados, siempre y cuando no estén enfermos, que es lo que ocurre con muchos árboles de la Ciudad. El problema de la tala se da en provincias kirchneristas, donde arrasan con bosques.
–Si la sesión especial fueron fuegos artificiales y el Metrobus es un buen proyecto, ¿qué críticas son válidas para el macrismo?
–El macrismo falla en la comunicación, en contar bien cuáles son los proyectos. Como en el parque Las Heras, que se había planeado hacer un estacionamiento subterráneo y no hubo comunicación de eso. Fueron, tapiaron la plaza y la gente se desesperó. Faltó decir “hay un déficit de estacionamientos, vamos a hacer una playa con estas características, traerá tales cosas negativas y tales positivas”. Falta expresar bien lo que serán los proyectos terminados. También critico la limpieza, la Ciudad es un desastre, se avanzó en la contenerización pero falta mucho, la Ciudad está sucia. Quizá hay que replantear la licitación de la basura, aunque también es un cambio cultural. La gente termina una gaseosa y tira la botella en la calle y no hay sanción social para eso.
El año electoral es otro tema obligado en la charla: “Se crearán coaliciones. Creo que el kirchnerismo tiene un problema muy serio en la Ciudad, hay un descontento muy grande hacia sus políticas. Desde Unión por Todos tratamos de construir algo amplio, buscar puntos de encuentro con sectores como el Pro o el Peronismo Federal. Hay que ver la experiencia de la oposición en 2011 y saber que ir todos separados no sirve”.
–Ya que habla de trabajar junto al Pro, ¿cómo tomó el anuncio de Macri sobre la realización de internas abiertas en ese partido?
–Si hay mecanismos internos democráticos donde se discuta y se llegue a acuerdos está bien, si no se llega a buen camino, para eso están las internas. Nosotros todavía no lo discutimos, de hecho Patricia podría competir para senadora, no está hablado todavía ni tomamos la decisión.
Cuando Arenaza habla de Patricia se refiere a Bullrich, con quien trabaja y comparte espacio desde 2002. ¿Pero es una posibilidad firme o un deseo la postulación para la senaduría de la actual diputada nacional? “Es una posibilidad. Patricia podría ser candidata a senadora, pero no lo hemos estudiado. No vamos a hacer nada que implique ‘si no soy yo, me voy’, ‘si no soy yo, no construyo’, pero vamos a competir por los cargos que creamos necesarios, y hay gente a la que le gustaría ver a Patricia en una banca del Senado. Es temprano, falta mucho, y no vamos a caer en el capricho.”
–Llegado 2015, ¿trabajaría en la candidatura presidencial de Macri?
–Voy a trabajar en la candidatura presidencial de Patricia Bullrich. Habrá que decidir en internas y ver el mejor candidato, y lo vamos a apoyar, sea Patricia, Mauricio, Michetti o quien sea.
–Si en las elecciones de Venezuela, tras la muerte de Hugo Chávez, los candidatos fuesen Maduro y Capriles, ¿a quien votaría usted, de ser ciudadano de ese país?
–Lo que dicen los chavistas es que Chávez sacó gente de la pobreza, y es verdad, pero otros países también sacaron gente de la pobreza, como en Brasil desde Cardozo, Lula y ahora Dilma, y no son un gobierno autoritario, con el conflicto como bandera. Con el modelo chavista no tengo nada que ver, yo soy crítico. Hoy votaría a Capriles.
–Con el kirchnerismo en problemas, como usted asegura, ¿es el momento del progresismo no kirchnerista para arrebatarle al FpV el segundo puesto en la Ciudad?
–Si el progresismo no kirchnerista tiene una construcción amplia, termina con las internas abiertas y se plantea el objetivo de salir segundo, lo puede lograr. Los sectores más progresistas son muy prejuiciosos, no quieren saber nada con armar algo más amplio.
–Siempre que se habla de Patricia Bullrich se nombran sus cambios de partido, ¿cómo toma eso?
–Hay estigmas sobre los políticos, y cuando conversás y ves cómo es te das cuenta de eso: que son estigmas. Patricia se alejó del peronismo en el 94, peleada por la Ley de Correos, y después fundó su partido. Me causa gracia porque en el kirchnerismo hablan de Patricia como la única que gobernó en la Alianza, y la mitad del Gabinete viene de la Alianza. Abal Medina, Débora Giorgi, Nilda Garré, todos fueron parte de la Alianza. Cuando Patricia Bullrich se tuvo que exiliar, Alicia Kirchner estaba en un despacho como funcionaria avalada por la dictadura.