La subsecretaria de Patrimonio Cultural del Gobierno porteño, Silvia Fajre, afirmó que "pasada la tormenta" de la crisis que explotó en diciembre de 2001 "hubo una actitud de los vecinos de ponerle una gran dosis de amor" a la Ciudad. "Yo lo que veo es que, efectivamente, la ciudad está más linda", enfatizó.
"La verdad es que nosotros hacemos, pero sabemos que siempre es insuficiente", admitió la funcionaria, y recalcó que es necesario que la gente "no sólo la cuide" a la Ciudad, sino que "también entienda que esto es parte de un tesoro, de un capital que tenemos todos y que inclusive puede ser un capital económico muy importante como es, por ejemplo, el turismo".
Fajre definió al patrimonio de la Ciudad como "una herencia que nos permite generar empleos, identidad y una apropiación de la Ciudad más amigable. Me parece que vamos a encontrar más socios en el camino", expresó.
Entusiasta, la subsecretaria porteña aseguró que la tarea de resguardar el patrimonio de los porteños "la verdad que es fantástica". "Es claramente una tarea que tiene que hacer el Estado -agregó- pero sabemos que si no contamos con los ciudadanos no lo vamos a lograr. Así que siempre estoy dispuesta para trabajar con ellos", manifestó.
En cuanto al legado patrimonial de los porteños, Fajre afirmó que la Ciudad "tiene un montón de patrimonio que a los ojos cotidianos no sabemos valorarlo, pero es cuestión simplemente bajar la velocidad, levantar la mirada o entrar en algunos lugarcitos secretos de Buenos Aires y descubrir maravillas".
La funcionaria también aprovechó la ocasión para pedir ayuda para combatir un "tema polémico": "Es el tema de los graffitis en los edificios de valor patrimonial -reveló-. Entiendo que es difícil, pero a veces se une tanto esfuerzo de tanta gente para poder recuperar uno de estos edificios. Tenemos que buscar algo que de alguna manera no deteriore lo que heredamos. Si tenemos que hacer graffitis bueno, veamos donde los podemos hacer", propuso.
LA IDENTIDAD COMO META DE LA GESTIÓN
Fajre también declaró que, como meta de su gestión, se propuso como primera medida "cambiar un poco la óptica del concepto de patrimonio, de ese concepto cosificado donde solamente el patrimonio son los edificios. Hay que entender el patrimonio cultural como una cosa viva que recibimos de los que nos antecedieron y que tenemos que dejarlo acrecentado lo que los siguen", reclamó la funcionaria, al tiempo que añadió. "La tarea es amplia, pero el desafío es tener una mirada integral de todo esto y hacer una cosa que a mí me parece fundamental: que los vecinos disfruten de su patrimonio".
La funcionaria -una de las candidatas a reemplazar a Jorge Telerman al frente de Cultura- explicó que dentro del "gran paquete" patrimonial de los porteños figuran los documentos históricos que maneja Instituto Histórico, los libros patrimoniales, todas las bibliotecas, el arte plástico, los valores estéticos, Recoleta, los museos, las costumbres, los bares y las festividades. "Hacer que todo esto se conozca, que se registre, es uno de los primeros atributos de mi gestión", remarcó.
"Dicen los políticos que el debate del siglo XXI es la identidad, que si no sabemos donde estamos parados no podemos construir ningún futuro posible. Entonces, esa identidad de alguna manera está reflejada en este patrimonio. Algo que refleje la porteñidad, la costumbre de los porteños, la costumbre de encontrarnos, por ejemplo", estimó finalmente.