Hasta ahora, cualquier producto adquirido por un consumidor en cualquier negocio, que debiera ser cambiado por estar fallado, debía ser tramitado en un plazo perentorio de hasta 48 horas para cumplir el trámite. Pasados dos días, el comprador entraba en un limbo en el que dependía de la tolerancia del comerciante, de su honestidad o de los caprichos de un vendedor.
Tras una larga serie de denuncias realizadas por los damnificados, por la cantidad de presentaciones ante las oficinas de Defensa del Consumidor y ante la Defensoría, estaba claro que la situación no daba para más.
La Legislatura termina de aprobar una ley por la que los cambios de productos no perecederos con problemas podrán ser cambiados en un plazo de hasta 30 días después de ser adquiridos. La iniciativa, que fue del diputado Daniel Lipovetzky, incluye también la modificación de un artículo que obliga a los comerciantes a informar acerca de la existencia de la ley mediante carteles que estén visibles para todos sus clientes, ubicados en el sector de las cajas y vidrieras. Los carteles deberán contener la leyenda: “Los cambios o devoluciones pueden realizarse en cualquier día y horario de atención al público. En el caso de productos no perecederos tales devoluciones o cambios podrán efectuarse dentro de los 30 días corridos posteriores a la operación, salvo que el comercio establezca un plazo mayor. Ley 3281”.
“Esta medida forma parte de normas que venimos propulsando con el fin de promover los derechos de los consumidores, que ahora tendrán un plazo razonable para cambiar un producto, teniendo en cuenta las obligaciones que muchas veces impedían atenerse a los plazos de empresas y comercios”, expresó Lipovetzky.
Hasta ahora, 48 horas era el plazo que otorgaban los supermercados y las cadenas de electrodomésticos para realizar cambios o devoluciones. Un plazo que ahora se extenderá, para alegría de muchos consumidores perjudicados por esa brevedad.