El Papa Francisco cuestionó hoy en su homilía de la Misa Crismal del Jueves Santo, celebrada en la basílica de San Pedro, a los sacerdotes “tristes” que terminan por ser “un intermediario” o un “gestor” y que “no se juegan la piel ni el corazón”.
Ante 1.600 religiosos, entre ellos varios cardenales y obispos, el nuevo Papa dio su visión de la Iglesia y exhortó al clero a “salir de sí mismo”, un principio que ha repetido en varias ocasiones desde que fue elegido el pasado 13 de marzo.
“El sacerdote que sale poco de sí, que unge poco se pierde lo mejor de nuestro pueblo, eso que es capaz de activar lo más hondo de su corazón presbiteral. El que no sale de sí, en vez de mediador, se va convirtiendo poco a poco en intermediario, en gestor”, dijo.
En la periferia, dijo, impera la ceguera que anhela ver, y los “prisioneros de muchos malos dueños”, señaló. “Quien no se abre a sí mismo, en lugar de ser un mediador, se convertirá en un intermediario, un administrador”, dijo en referencia a la Iglesia y los sacerdotes.
“No es en la propia experiencia o en la introspección reiterada en la que se encuentra al Señor”, sino que más bien los sacerdotes deben acudir donde otros esperan el Evangelio, señaló.
El Papa Fransico celebrará la segunda eucaristía del día en la prisión para jóvenes Casal del Marmo en Roma, donde llevará a cabo el lavado de pies a doce presos jóvenes de diversas nacionalidades y religiones, entre ellos musulmanes, siguiendo el ejemplo de lo que hizo Jesucristo en la última cena con sus discípulos.
El propio Papa fue quien eligió el lugar para celebrar esa misa. En su cargo anterior como arzobispo de Buenos Aires el argentino Jorge Bergoglio solía celebrar la misa de Jueves Santo en geriátricos o prisiones.
Desde que fuera elegido, Francisco rompió varias veces con el protocolo y demostró que prefiere la sencillez. Rechazó la vestimenta lujosa papal, se negó a viajar en limusina y abogó por una “iglesia pobre, para los pobres”.
Mañana, Viernes Santo, Francisco presidirá en la basílica de San Pedro del Vaticano la Pasión del Señor y por la noche acudirá al Coliseo de Roma para el tradicional Vía Crucis.
El sábado 30 de marzo celebrará en la basílica de San Pedro la Vigilia Pascual, y al día siguiente, 31 de marzo, el Domingo de Resurrección, oficiará la Misa de Resurrección e impartirá la tradicional bendición “Urbi et Orbi” (a la ciudad de Roma y a todo el mundo).
El lunes, 1 de abril, festivo para la Iglesia, rezará el Ángelus desde la ventana de su apartamento que da a la plaza de San Pedro.