Cuando le toca hacer su evaluación sobre la capacidad de respuesta del sistema de Emergencias de la Ciudad, que él dirige, el médico Néstor Nicolás (57) dice: “La respuesta del sistema de emergencias fue superada por la magnitud del desastre”, refiriéndose a la inundación. “Una cosa es una emergencia y otra es un desastre de estas características. Y el desastre se generó porque las obras de mitigación son insuficientes.” Por obras de mitigación, se refiere a la obra hidráulica que falta en la Ciudad, en las zonas más vulnerables. Arroyo Vega, las zonas linderas al arroyo Medrano, Barrio Mitre, entre otras.
Emergentólogo (aunque la especialidad, técnicamente, no existe, se hace en la práctica), fue fundador de la Comisión Cascos Blancos, junto con Octavio Frigerio, y actualmente trabaja con Mauricio Macri, desde 2007. Afrontar el desastre es su especialidad, un expertisse que suena poco envidiable (hay otra manera más glamorosa de decir lo mismo, que es “gestión integral del riesgo”). Nicolás fue, durante muchos años, y antes de su paso por la Comisión de los Cascos Blancos, evaluador externo de Emergencias y Desastres (de allí que haga la distinción entre ambos conceptos) de la Organización Panamericana de la Salud.
Allí, según cuenta, conoció a un politólogo que le regaló esta idea, que hoy aplica muy bien a la última inundación. Y aplica para toda la clase política. “Todo desastre natural es, en su naturaleza, un hecho político.”
–Fue muy ruidosa la ausencia de Macri ante la catástrofe de la inundación, ¿no le parece?
–Yo puedo responder solo por el sistema de emergencias, por la parte técnica.
–Que tampoco estuvo a la altura de las circunstancias. Los tapó el agua, literalmente.
–Hemos perfeccionado mucho el sistema de emergencias de la Ciudad, incorporando elementos que no existían: un centro de coordinación de la Emergencia, que está en el barrio de Chacarita; un plan de Emergencia, en el cual cada organismo tiene asignado su rol en zonas preconfiguradas (del área de Nicolás depende Defensa Civil, la Dirección General de Logística y la Guardia de Auxilio y Emergencia) y un sistema de comunicaciones propio, que es imprescindible para las emergencias y que, increíblemente, no se había implementado. El sistema es para comunicarnos entre nosotros si, justamente, a raíz de la inundación o la emergencia de la que se trate, se cortan los celulares, los teléfonos. Aun así, nos superó la capacidad de respuesta porque, justamente, no se trató de una emergencia sino de un desastre.
–Y no están preparados para un desastre.
–Ocurre que la solución de fondo para la inundación de la Ciudad es una política de Estado, a lo largo de muchas generaciones, que siga trabajando en obras hidráulicas; obras de drenaje similares a lo que se hizo en el arroyo Maldonado. Si somos serios, tenemos que concluir en eso. Y eso, aunque no nos guste la velocidad con la que se vino haciendo, es lo que fue sucediendo a lo largo del tiempo. Las letras del tango, cuando hablan de Pompeya y más allá la inundación, no son una metáfora. Buenos Aires ha sido emplazada en una zona que se inunda y desde hace muchas generaciones hemos venido tratando de resolver el problema. Hay que seguir trabajando con los aliviadores, de modo que la intensidad de los efectos del cambio climático sea cada vez menor. Pero supongamos que se hacen obras hidráulicas en las zonas más vulnerables, pongámosle Cabildo y Blanco Encalada, que duplican la capacidad de escurrimiento. Esa zona es capaz de soportar una lluvia de 30 milímetros por hora. Si lloviera 90 milímetros, algo que sucede cada treinta años, pero sucede, también sería un desastre.
–El problema es que Buenos Aires no se inunda cada treinta años, sino cada tres meses. ¿Ustedes no recibieron un parte meteorológico, como sucedió en Provincia, anunciando una alerta meteorológica para el lunes 1 a la madrugada?
–No; nosotros la recibimos la madrugada del 2, cuando ya estaba lloviendo. Entonces, pusimos en marcha el plan de emergencia. Lo primero fue preservar la vida de las personas. Trabajamos con personal propio, con la Metropolitana y con voluntarios. Enviamos gente a las zonas más vulnerables y a los túneles bajo nivel. Y empezamos las tareas de prevención y rescate.
–¿Y por qué murió gente, en qué fallaron?
–De las muertes que tenemos registradas, dos personas fallecieron adentro del hogar porque se les cayó la heladera encima. Y cuando se produce la emergencia dentro del hogar es muy difícil acudir. Otras dos fallecieron dentro de automóviles, pero ninguna ahogada. Una falleció por un paro cardiorrespiratorio.
–Un operario del subte murió electrocutado. Los trabajadores hablan de asesinato.
–El subte no depende de nuestro sistema de seguridad. Estamos trabajando, además, y como es obvio que está lloviendo más, en la adquisición de equipos de auxilio de tipo náutico, que nos den maniobrabilidad en el agua, como motos y camiones de vado. Estamos ante un cambio climático que nos genera buscar distintas respuestas. Hay que pensar que un gobernante tiene recursos escasos y que debe elegir en qué emplearlos. Si Macri hubiera quitado dinero a la partida de hospitales para adquirir métodos más sofisticados para afrontar el desastre, tal vez hubiera muerto gente en los hospitales por falta de equipamiento. Si le hubiera quitado dinero a la seguridad, lo mismo.
–¿Habrá tantas trabas esta vez para cobrar los subsidios, como en inundaciones anteriores? La oposición denuncia que fueron muy pocos los subsidios que la gente logró cobrar a raíz de las trabas burocráticas.
–No es cierto, en la anterior inundación se pidieron unos 600 subsidios y se pagaron casi todos. Puedo probarlo. Ocurre que estamos hablando de subsidios de 15 o 20 mil pesos y no queremos otorgárselo a quien no lo merece. Es necesario verificar bien para evitar avivadas. Nosotros verificamos la casa y los autos cuando se pide un subsidio para hacer arreglos. Daremos subsidios para los autos inscriptos en Capital.
–Hay zonas inundadas que no necesitan verificación. Las hemos visto todos en imágenes.
–Por supuesto, me refería a los autos. Lo que agilizará el trámite también es el expediente electrónico para solicitar el subsidio, que esta vez se aplicará a los subsidios por inundación. El expediente electrónico es una innovación que surge del Ministerio de Modernización del Estado.