“Alrededor de 150 personas bajaron de dos micros, entraron el estadio, rompieron cuatro o cinco autos que estaban estacionados. Después, amenazaron a los jugadores, y algunos fueron víctimas de golpes y de robo”, contó el presidente de la institución de Parque Patricios, Alejandro Nadur.
Los hechos de violencia se concretaron pasado el mediodía cuando la mayoría de los futbolistas del club de Caseros al 3100 (especialmente los que permanecieron en Buenos Aires y se entrenaron en la cancha), estaba duchándose en los vestuarios. El dirigente señaló que el arquero Daniel Islas y el mediocampista Walter Busse fueron “dos de los afectados”.
Los integrantes de la barra quemera ingresaron armados “con palos y encapuchados”, según la descripción hecha por el técnico del Globo, Juan Manuel Llop. “Rayaron los autos de (Walter) Busse, (Mauro) Milano y de otros jugadores, y también el del preparador físico”, señaló el entrenador en referencia a que su colaborador, Hugo Reinaudo.
“No sé los motivos. Pero me imagino que debe ser por los últimos resultados deportivos”, expresó Nadur sobre las posibles razones de semejante agresión. “Lo que ha sucedido es una barbaridad. No se justifica de ningún modo”, sostuvo la máxima autoridad del club, quien resaltó que “así hubiésemos perdido 15-0 con Godoy Cruz, esto no tiene sentido, no debería haber pasado”.
A su vez, Nadur manifestó que lo ocurrido no le “quitará las fuerzas”, aunque reconoció tener “mucha angustia”. “Fue muy grave lo que pasó. A algunos chicos los golpearon”, agregó Llop sobre otro episodio más de la violencia del fútbol local, quien no quiso abrir juicio sobre su futuro en la institución.
Finalmente, el presidente de Huracán comentó que “la Policía está tomando nota de lo sucedido”. “Estas cosas me sorprenden porque estamos haciendo un esfuerzo muy grande para recomponer las cosas en el aspecto financiero”, apuntó, sin más, el dirigente.