Ordenaron detener a Grassi, pero no irá preso

Ordenaron detener a Grassi, pero no irá preso

El cura, condenado a quince años de prisión permanecerá en libertad hasta que quede firme la sentencia dictada por la Cámara Penal de Morón.


La Cámara Penal de Morón ordenó detener al sacerdote Julio César Grassi, condenado a 15 años de prisión por abuso sexual de menores a los que debía cuidar, pero el arresto no se hará efectivo aún porque la defensa del sacerdote puede apelar y aplazar ese trámite.

El cura quedó bajo sospecha en 2002, cuando el programa “Telenoche Investiga” de Canal 13 difundió un informe donde se ventilaban denuncias contra el titular de la “Fundación Felices Los Niños” por supuestos abusos deshonestos de menores a los que debía proteger.

Estuvo solo un mes en prisión y luego esperó su juicio oral en libertad; en 2009 fue condenado por solo dos de los 17 cargos que pesaban en su contra y recibió una sentencia a pasar 15 años tras las rejas. Sin embargo, tampoco quedó detenido: sigue en libertad porque el caso todavía no quedó firme y es ahora la Suprema Corte de Justicia bonaerense la que está analizando si confirma esa resolución.

Mientras tanto, no puede permanecer a solas con niños ni referirse a los menores que lo denunciaron en el expediente judicial.

Precisamente, el año pasado, uno de los abogados de la causa denunció que Grassi había violado este último requisito cuando habría tratado de “mentiroso” al joven cuyos dichos terminaron condenándolo.

Pero además existió otra denuncia a raíz de las declaraciones de un abogado, Fernando Burlando, que dio a entender que se había reunido con Grassi en la “Fundación Felices Los Niños” antes de tomar la querella de la causa por el crimen de Candela Rodríguez, la niña de 11 años que fue asesinada en Villa Tesei hace casi dos años.

“Son fallos que nos vuelven a dar la razón, pero al mismo tiempo lo protegen”, expresó el abogado Juan Pablo Gallego, quien representaba a uno de los menores denunciantes y motorizó la acusación por violar las condiciones de libertad.

“Hay un gran poder detrás” de Grassi y afirmó que mientras tanto, pese a la condena, “se le permite continuar su vida como sacerdote” porque “no estábamos notificados de ninguna restricción al respecto”.

 

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