La designación del ombudsman porteño fue aplazada ayer miércoles al no lograrse el acuerdo parlamentario necesario para la elección del titular y de los adjuntos. La Constitución de la Ciudad fijó la exigencia de una mayoría especial para cada uno de los designados en votación nominativa. Paralelamente a esto se sumó un amparo presentado por el diputado Alexis Latendorf para que los diputados no se puedan votar a sí mismos. Igualmente, ya se acordó en la Legislatura que nadie procederá así.
La principal candidata a ocupar a la titularidad del organismo, la experta en derechos humanos y legisladora peronista Alicia Pierini, deberá esperar hasta que los demás diputados o bloques definan quiénes son los electos para ocupar las adjuntías. Mientras que en el justicialismo, en el macrismo y en en el resto de los bloques chicos (de izquierda o derecha) no hay dudas sobre el signo de los votos, ya sea éste por la positiva o por la negativa, el bloque oficialista de Fuerza Porteña presenta algunas dificultades ya que las opiniones se encuentran allí divididas. El ibarrismo, que en su momento fuera el principal impulsor del consenso en la Legislatura para definir éste y otros temas, se mantiene expectante -como el resto de los bloques mayoritarios- con la postura de lograr un acuerdo abarcativo de todas las posturas, que fue cuestionado por un medio en su momento con cierta virulencia pero principalmente por supuestas intromisiones nunca confirmadas del gobierno nacional, que pusieron en el freezer la actividad de sus socios en la Ciudad de Buenos Aires.
Este medio consultó a funcionarios del gobierno del presidente Néstor Kirchner sobre este tema, y éstos respaldaron siempre la búsqueda de los consensos sin que eso significara avalar "acuerdos espurios o enjuagues" -como se los quiso hacer aparecer por quienes están afuera de la discusión- sino estar a favor de la designación de los más idóneos y de los que cuenten con mayor representatividad legislativa.
"No existe cuerpo legislativo sin acuerdos, eso es desconocer en absoluto la práctica parlamentaria. Sin consensos no saldría nunca una ley o una resolución, salvo en el caso de que un partido sea absolutamente hegemónico, lo que conlleva otros riesgos y no es éste precisamente el caso" afirmó una alta fuente del peronismo que acaba de ser electa diputada nacional.
El jefe de Gabinete de Ministros y máximo referente del kirchnerismo en la Ciudad, Alberto Fernández (ex integrante del cuerpo), expresó que no deberían ser todos legisladores los electos por el parlamento porteño ya que eso parecería reñido con la condición de idoneidad, pero no descartó que pudiera designarse a alguno de ellos si tuviera los merecimientos y antecedentes para el cargo, porque si no se caería en la proscripción contradiciendo la ley. También señaló que cuando él formaba parte del bloque justicialista aún no se había definido nada al respecto.
Los adjuntos vencen indefectiblemente en su mandato el próximo 12 de noviembre, por lo que la Ciudad podría correr el riesgo de ver recortada su capacidad institucional de defensa de los vecinos en caso de que los nuevos nombramientos no se resuelvan en tiempo y forma. Por ley cualquiera de ellos podría repetir por un nuevo período de resultar elegido; el que tendría mayores chances el el radical devenido en ARI, Gustavo Lesbegueris. El único que tiene mandato otorgado por la propia Legislatura para prolongar su estadía hasta que le llegue el reemplazo es Alejandro Nató, quien sucediera a Alicia Oliveira al frente de la repartición.
En algún momento se barajó también el nombre de Eugenio Semino, pero fue vetado por el propio Gobierno de la Ciudad para la titularidad de la misma, aunque reconocieron que "podría seguir al frente en el área de Tercera Edad en la cual realizó una buena gestión". También desde el sector de Elisa Carrió se impulsó el nombre de la actual adjunta de la Mujer, Diana Maffía, quien, de no repetir mandato, quedaría a cargo de esa misma área en condiciones parecidas a la de Semino.
En la Legislatura de los 23 bloques en 60 diputados, armar un consenso de 40 resulta algo bastante complicado, pero la curiosidad en este caso es que a pesar de que el número se reúne con cierta comodidad para algunos candidatos no pasa los mismo con otros, cuyas trayectorias están siendo analizadas para lograr una formación acorde con la jerarquía de la institución.