Las desventuras de la centroizquierda, cuyos frentes suelen fragmentarse en tantos subgrupos que anulan los esfuerzos para construir una opción duradera, han convertido a este sector político en una serie de dilemas testimoniales, que crecen en las elecciones parlamentarias y adelgazan en los comicios en los que se definen cuotas ejecutivas de poder, salvo excepciones.
Para explicar tamaña dispersión es necesario plantear que no existe un gran partido de centroizquierda que convoque a la unidad a otros más pequeños. Por esta razón, tienden a unirse numerosos pequeños partidos en alianzas que culminan casi siempre en la dispersión porque siendo tan similares en su pequeñez, ninguno logra imponer las pautas mínimas imprescindibles para unificar a todos.
Un caso diferente y emblemático es el de Rosario, en el que gobierna desde hace 24 años un frente que lidera el Partido Socialista, del que forman parte los radicales, la Coalición Cívica y el GEN. Allí los chisporroteos y los conflictos son constantes, pero la férrea conducción socialista –que tiene un rol regulador– suele poner paños fríos por derecha y hacer algunas concesiones por izquierda para que las cosas sigan adelante.
El segundo elemento que conspira contra la continuidad de los proyectos de centroizquierda es que existe un exceso de horizontalidad. Como no hay una conducción que dicte la norma, no existen pautas firmes de convivencia y funcionamiento. Entonces llegará el momento en que comenzarán a prevalecer el individualismo, las ambiciones personales, los enconos y los vedettismos como consecuencia de la falta de compromiso y de lazos grupales.
Un frente ya no tan amplio
El acuerdo que comenzaron a anudar en febrero de este año Elisa “Lilita” Carrió y Fernando “Pino” Solanas, anunciado hace algo menos de un mes, desató una tormenta en tres territorios políticos.
El primero es el FAP, al que la pareja aún no arribó pero en el cual igualmente motivó que perdiera a uno de sus aliados. En efecto, el líder del bloque Unidad Popular, que agrupa a la CTA y a sus aliados, Claudio Lozano, formalizó su retirada del frente profiriendo adjetivos poco amables contra Pino y Lilita, acusándolos de ser los “referentes públicos de proyectos muertos y enterrados por sus propios referentes”. El economista de la CTA calificó de “cachivache” el “rejunte” del Proyecto Sur de Pino Solanas y de la CC-ARI de Lilita Carrió.
El segundo territorio que se alborotó es el de Proyecto Sur, que también perdió aliados por izquierda. Alejandro Bodart, líder del Movimiento Socialista de los Trabajadores, fue el vocero de la fractura. “Peleamos al interior de Proyecto Sur para convencer a Pino de que este es un error, que su actitud dinamitaba la unidad de una fuerza como la nuestra, que tenía otros objetivos distintos a los que tratará de conseguir Pino con Lilita”, explicó el legislador porteño.
La última parcela afectada por las operaciones políticas de posicionamiento de sus referentes fue la propia Coalición Cívica-ARI, aunque en este caso contó con la complicidad de un sector del FAP. En el verano marplatense se pudo ver en un popular balneario a la bella diputada nacional de Libres del Sur, Victoria Donda, que, acompañada por su mentor político, Humberto Tumini –ambos en el FAP–, hollaba las arenas junto al galancete financiero Alfonso Prat-Gay, que fue sucesivamente directivo del Citibank, presidente del Banco Central en tiempos de Néstor Kirchner, diputado por la Coalición Cívica y, finalmente, responsable de administrar la herencia de la fallecida millonaria Amalita Lacroze de Fortabat.
Posteriormente, al trío se sumaron los también diputados radicales Ricardo Gil Lavedra y Ricardo Alfonsín, que organizaron diferentes eventos para mostrarse junto a ellos. Este “rejunte”, como lo calificó Lozano, también generó movimientos sísmicos al interior de la CC-ARI y del FAP.
Los portazos de Lozano y Bodart fueron las consecuencias extremas de las nuevas parejas, tríos y cuartetos, pero al interior de Proyecto Sur es posible que la sangría continúe, según relataron a Noticias Urbanas voceros oficiosos.
El mismo día en que esta publicación llegue a las calles, se reunirán los comuneros de Proyecto Sur para tomar una decisión, porque los disidentes que abandonaron el espacio ya tienen una opción política en movimiento.
Un dirigente partidario aseguró que, de los 15 juntistas con que cuenta la fuerza, 13 migrarían hacia la nueva alianza que conformarán los disidentes de Unidad Popular y el MST con algunas agrupaciones universitarias como Marea Popular y La Gleyzer, con el Partido Social de la gobernadora fueguina Fabiana Ríos y con otros grupos que desarrollan trabajos sociales.
Gentili denuncia “poroteo y vedettismo”
Rafael Gentili planteó: “Nos paramos para analizar la realidad desde la Ciudad, no desde la perspectiva nacional. Tenemos una prioridad, que es ganarle a Mauricio Macri en 2015, y para esto es necesario conseguir mayores niveles de unidad. En la discusión con respecto a la alianza con Lilita Carrió, nos opusimos a esa opción, pero perdimos la discusión. De todos modos, no gritamos como histéricos –quizás en alusión a su excompañero de bloque Alejandro Bodart– porque no queremos ser la causa de la fractura del espacio”.
Luego, Gentili consideró que “la prioridad es la construcción de una fuerza política, lo que vemos que no es la prioridad de otros sectores, que rompen por cuestiones que no son de la Ciudad sino nacionales. La verdadera razón de la ruptura es por el poroteo y por vedettismo”, disparó contra sus ex-amigos.
Con respecto a las conversaciones con el FAP (hace dos años, cuando se conformó el espacio para competir en las presidenciales de 2011, fracasaron), el legislador porteño aseguró: “Es un acuerdo natural, sobre el cual insistiremos. Las conversaciones están bien encaminadas. Nosotros ya tenemos definido que buscaremos que Pino vaya al Senado y Lilita encabece la lista de diputados. Igual, priorizaremos aquello que permita la construcción de una fuerza política en la Ciudad para 2015”.
De todos modos, Gentili reconoce –no sin humor– que, de acuerdo a cómo se den los resultados, “en el camino hacia 2015, las elecciones de 2013 son un escalón o un precipicio”.
Finalmente, el legislador sostuvo que su límite “es cuando se pierden de vista las prioridades –una palabra que repitió varias veces a lo largo del reportaje–”. “Si la prioridad es defender a Clarín, no estamos de acuerdo. Les decimos no a los que quieren dividir a la Argentina en dos bandos. La Argentina y la Ciudad de Buenos Aires son mucho más que eso, no asumimos que haya dos bandos.”
Ferraro: “Vamos a ofrecer el espacio más amplio que hay”
El legislador Maximiliano Ferraro, del bloque Coalición Cívica-ARI, es, además, el presidente del partido en el distrito porteño. Destaca, por sobre todo: “Lo más importante, más allá del acuerdo entre Proyecto Sur y nosotros, es que venimos trabajando juntos desde febrero sobre las coincidencias que tenemos”.
“En octubre, nosotros le vamos a ofrecer a la sociedad el espacio más amplio que hay, lo cual fue un reclamo que se expresó en las calles el #8N y el #18A”, expresó a NU el locuaz legislador.
Preocupado por sostener la coherencia, Ferraro explicó: “Nosotros sostuvimos los acuerdos con Proyecto Sur desde la institucionalidad de ambos partidos. Somos cuidadosos de las demás fuerzas y nos reconocemos en las dificultades y en las diferencias”.
El ladero de Lilita relató que el espacio que están conformando incluye “además de CC-ARI, al GEN, al Partido Socialista, al Partido Socialista Auténtico y a Proyecto Sur. Esto no es el FAP, aunque con ellos estamos conversando. Las primarias van a resolver las situaciones que se den. En octubre queremos pelear los dos senadores de la mayoría con una propuesta en la que estén incluidos el transporte, la educación, lo social y, especialmente, los temas sobre los que vamos a pivotear en la campaña, que son la lucha contra la corrupción, el precio de los alimentos y la defensa de los bienes comunes”.
Bodart, sin máscara
El legislador del Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST) cuestiona con cierta acidez la decisión de Pino Solanas que motivó a su partido a abandonar Proyecto Sur. “Mirándolo objetivamente, Pino habla acerca del programa de Lilita, que trata sobre la corrupción, la ética y el republicanismo, pero Carrió no habla sobre el programa de Pino, que siempre se refirió al medio ambiente, la minería y la defensa de los ferrocarriles. Estos temas no le interesan a Lilita”, se lamenta.
“Nosotros, en realidad, no queremos ser ni anti-K ni anti-Pro, queremos tener una posición independiente, porque tenemos una base social que, ante este acuerdo, va a migrar. De esta manera, con esta opción, Pino y Lilita van a disputar el electorado del Pro, porque hace tiempo que nuestras encuestas internas vienen dando un fuerte rechazo a Lilita, tanto que con ella ni siquiera podríamos captar a los kirchneristas desilusionados”, definió Bodart, que suele eludir las medias tintas.
El legislador no las elude tampoco para referirse a la referente de CC-ARI: “Destruye todo lo que toca. Dinamitó todos los espacios en los que estuvo. Cuando fundó el ARI, después hizo la Coalición Cívica e incorporó a Patricia Bullrich y a María Eugenia Estenssoro y dejó de lado a toda su militancia. Carrió liquidó todo y también lo va a liquidar a Pino como expresión del progresismo”.
El legislador también se refirió a las consecuencias que tendrá hacia el interior de Proyecto Sur la reciente amistad entre ambos individualistas. “Hay una rebelión interna en Proyecto Sur y allí Pino se va a quedar sin casi nada. La mayoría de los locales que abrió Proyecto Sur va a abandonarlo. Esto es una lástima, por los años de trabajo perdido.”
Aunque quizás algunos hayan aceptado finalmente que la centroizquierda es más centro que izquierda y que un poco más a la izquierda o más a la derecha no cambia demasiado las cosas.
