A la espera de una decisión de parte de la Corte Suprema de Justicia en relación a la causa por quiebra que el Club afronta desde 2000 (luego de que Camioneros apelara la medida), los socios de Comunicaciones están todavía con la mira puesta en un plan de salvataje que permita volver a poner en funcionamiento y enaltezca el nombre de esta institución, emblemática para la Ciudad. Con el siempre escollo del gremio de Hugo y Pablo Moyano y algunas trabas devenidas por la conformación del nuevo órgano fiduciario, apelan y aguardan la ayuda del Gobierno nacional, misma que ni desde el Gobierno porteño ni desde la Legislatura supieron prestar del todo.
Tras varias reuniones con el jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina y el subsecretario General de la Presidencia, Gustavo López a principios de año, ahora será La Cámpora la que se meterá de lleno en el asunto y en la figura de Andrés “Cuervo” Larroque recaerá la tarea de contrarrestar la onda expansiva que todavía hoy quiere imponer la familia del líder de la CGT opositora.
El otro escollo, los agentes encargados de controlar el fideicomiso ante una deuda que asciende a los 11 millones de pesos, es nuevamente repudiado por los socios. Los miembros están en funciones desde que el juez de Primera Instancia Fernando D’Alessandro levantara la clausura luego de 53 días (de marzo a abril) y que él mismo instalara alegando “cuestiones de seguridad”.
Jorge Rapaport es el titular del órgano fiduciario y reemplaza a Enrique Finochietto, quien ocupó durante años el cargo. Trabaja en la Legislatura con conexiones en el área de deporte y tiene cercanía con el diputado y exjefe de Gobierno Aníbal Ibarra. Su presencia habría inhabilitado la participación de quienes forman parte de las actividades diarias y los habría excluido a tal punto de no permitirles ni voz ni voto en el asunto.
Atrás quedaron los anhelos de pensar una ayuda de parte del Gobierno porteño, desde donde en un primer momento habían dado señales de interesarse por la causa y hasta habían realizado una oferta formal con un plan de salvataje a medida. Igual situación se vivió en la Legislatura, lugar en el que una vez aprobado el proyecto de ley de saneamiento, dejó de ser tema de agenda.
Sin certezas sobre el futuro del club, los socios buscarán poner sobre la mesa una de sus últimas cartas: el miércoles es el día en el que se reunirán con el diputado y uno de los referentes de la agrupación kirchnerista. Allí intentarán comenzar a delinear un nuevo rumbo para Comu.