Cuando nada hacía preverlo, Patricia Bullrich y Ricardo López Murphy cerraron un acuerdo para el distrito porteño que obligará a todos sus competidores a repensar sus estrategias y a modificar su interpretación de un escenario político que parecía ya definido.
La "cocina" del pacto se gestó con la aceleración de las negociaciones que se produjo entre el jueves 13 de marzo y el lunes último. Pero todo comenzó exactamente una semana antes, el seis de marzo, el mismo día en el que Patricia Bullrich lanzaba su candidatura en el Hotel Castelar. En esa fecha recibió, en sus oficinas de Diagonal Sur, la visita de José "Pepe" Lladós y de Manuel Solanet que, en nombre de López Murphy, le ofrecieron abrir negociaciones para llegar a un acuerdo en la Capital.
Según algunas fuentes, esta posibilidad comenzó a gestarse un tiempos antes en algunos cenáculos empresarios, que decidieron intentar cerrarle el camino hacia la jefatura de Gobierno porteña a Mauricio Macri, a quien juzgan como un oportunista a la búsqueda del manejo del Estado para hacer negocios personales. Por supuesto que esta decisión está alejada del altruismo: temen que en estos tiempos de furia, la imagen de los hombres que se dedican a la actividad empresarial se vea seriamente comprometida si sus temores se manifestaran ciertos. Y no hay actividad más difícil que la que lleva adelante la gente que tiene mala imagen. Que lo digan sino los políticos.
El cierre del acuerdo se produjo el lunes, en las oficinas que posee Recrear para el Crecimiento -el partido que lidera López Murphy- en el tercer piso de Leandro N. Alem 1110. Del lado de los locales jugaron José Lladós, Manuel Solanet, Ricardo Urquiza y Carlos Araujo, en tanto que en nombre de Unión por Todos estuvieron presentes Juan Manuel Velazco y Silvia La Ruffa.
Allí se llegó a acordar la arquitectura de las listas para el ocho de junio. El acuerdo permite la hegemonía de la gente del "bulldog" en la lista de diputados nacionales, que se verá compensada con las preeminencia de los seguidores de "La Piba" en la lista para legisladores porteños. El lunes próximo, por otra parte, habrá una nueva reunión entre Lladós y Velazco para definir el nombre del vicejefe que acompañará a Bullrich. Lladós llevará a esa reunión el nombre del candidato "in pectore", para consensuarlo con Velazco y su gente. Podría haber una sorpresa y conformarse una fórmula cien por ciento femenina, con Beatriz Nofal en el segundo término de la fórmula.
En cuanto al acuerdo que ya está vigente, la lista de legisladores porteños estará encabezada por María Eugenia Estenssoro, posiblemente secundada por Juan Manuel Velazco, ambos de la fuerza de Bullrich. El cuarto lugar estaría reservado para Silvia La Ruffa, que sería seguida por Fernando Caeiro y Pablo Caulier, siempre en los lugares pares. El tercer lugar de esa misma lista -el primero de los hombres de López Murphy- sería para el actual legislador porteño Jorge Enríquez, también de origen radical. A partir de allí, los legisladores que ocupen los números pares serán de Unión por Todos y los impares, de Recrear para el Crecimiento, hasta llegar al número 15. Desde allí, los pares serán para el "bulldog" y los impares para Bullrich.
Los candidatos preferidos de "La Piba" para llenar las listas para diputados porteños son, entre otros, Celina Mac Lean, Fabián Blanco, Alberto Melograno, Javier Goñi y Marcelo Pivato.
Para la lista de diputados nacionales, lo acordado es que los tres primeros nombres serán ubicados por López Murphy. Dos de quienes suenan para ocupar esos lugares son Marta Oyhanarte y Alejandro Paz, ambos provinientes del radicalismo. En el cuarto lugar, a propuesta de Bullrich, iría Francisco Von Wüthenau, uno de los fundadores de la Universidad San Andrés.
Una vez pasada la euforia por el acuerdo logrado, los hombres de Unión por Todos, cuando logran bajar a tierra nuevamente, comparan su suerte con la de los demás y se sienten caminando entre las nubes. Ibarra -dicen- no puede, a pesar de sus esfuerzos, aumentar sus chances electorales por medio de la conformación de un frente. Lo mismo le ocurre a Mauricio Macri, que con los únicos con los que puede acordar es con los peronistas, que para hacerlo le van a poner tantas exigencias que pondrían en cuestión esa alianza.
Antes de la firma del acuerdo, aseguran en Unión por Todos, esperaban lograr en las elecciones alrededor del 15 por ciento, lo que, traducido en cargos, hubieran significado entre nueve y diez bancas. Paralelamente, en Recrear para el Crecimiento evaluaban que si el 10 por ciento de los porteños los votaban, éste hubiera sido un resultado acorde con sus expectativas. El acuerdo -evalúan en ambos campamentos- elevará la suma que cada uno hubiera logrado en soledad hasta el 27 por ciento, como mínimo. Desde allí, esperan, el camino será en subida.