Al filo del cierre del plazo de inscripción de alianzas, el Pro que negoció intensamente el último día en dos frentes, con los referentes provinciales Sergio Massa y Francisco de Narváez se quedó solo. En ambos lados el submarino amarillo debió sortear distinto tipo de dificultades. Como era de preveer por la pobreza del armado previo el Pro se quedó sin nada o con arreglos menores.
En el caso de Massa una de los principales estorbos radicó en que la marca Pro debe estar en la boleta, algo que resisten algunos desde el Frente Renovador. Massa además no tenía ganas de provocar a la Rosada con ese cierre, algo que le pone los pelos de punta a todos pero a los K principalmente cuando leen las encuestas de Julio Aurelio. Con 40 puntos está más de quince puntos arriba de cualquier candidato cristinista, los que a su vez superan a De Narváez por cinco. Además el Pro es un partido nacional que debe ir en todo el país con la misma denominación algo que cumpliría si fuera en Buenos Aires como Frente Renovador Pro pero la presentación del Frente Renovador terminó la con la peregrina idea: el Pro perdería su personería. Final para esta movida de poco aguante y escasa densidad. Donde nadie quería era imposible que creciera algo.
Lo más interesante de las previas de esta propuesta consistía en que para ambos espacios además de la alianza en este turno, podrían discutir para el 2015 una interna presidencial entre ambos popes: el propio Massa y Mauricio Macri, algo impensado hasta esta mañana. Sonaba grandilocuente. Fue un sueño afiebrado.
Mientras tanto altas fuentes del massismo confirmaron a Noticias Urbanas que “exactamente en este momento- era media tarde- se encuentran reunidos los hermanos Daniel y Pepe Scioli analizando el futuro escenario si diera el entendimiento entre Macri y Massa. Esto forzaría al gobernador quizás a tener que “adelantar la ruptura con los K ya que la ventaja que le sacarían entre los dos jefes comunales pudiera ser irremontable si permaneciera hasta el final con Cristina” afirmaron. De todos modos aunque esto no sucedará queda el reflejo del Gobernador ante las intromisiones en su camino a la Rosada.
Mientras tanto con Francisco De Narváez tampoco estuvo roto el vínculo hasta una hora y media antes del cierre. Siempre persistió el conflicto respecto del tema de los apoderados ya que Unión Celeste y Blanco no resignó ese espacio y quiso ser el único en ocuparlo. También hubo dificultades en los pedidos del denarvaísmo respecto del futuro cierre porteño: pedían dos legisladores que el Pro estaba dispuesto a cederl pero el diputado nacional requerido rompía el difícil equilibrio alcanzado. La cantidad de legisladores que pedía Macri en Provincia en las listas no era problema ya que había voluntad de ambos en acordar. Los contactos a nivel distritos avanzaron más rápido que el “marco” que no se movió hasta última hora. Es como si el Pro hubiera dejado a la libre la posición de sus principales referentes. Los intendentes , Jorge Macri, Jesús Cariglino, Gustavo Posse no impulsaban esta decisión. Los halcones de Capital, encabezados por el ecuatoriano Jaime Durán Barba; Marcos Peña y Emilio Monzó habían logrado su triunfo “a lo Pirro”. Con tal de no ir con el peronismo y mantener el amarillo libre de pigmentos contagiosos, seguramente cosecharán un cómodo cuarto puesto en octubre en el mejor de los casos. Pero el dilema del Pro no se acaba allí. Convencidos que están a la puerta de un papelón importante, lo único que se discutía en la mini carpa una vez terminadas las negociaciones con el Colorado es si el Pro se presenta o no a las elecciones de octubre. Crónica de un final anunciado.